La palabra exónimo que no se encuentra en el DRAE, es un neologismo moderno para referirse a una cosa habitual pero que muy puntualmente se ha dado en denominar con un vocablo específico. Se forma a partir del griego, del adverbio ἔξω ("exo", fuera, hacia afuera) y ὂνομα (ónoma = nombre). Se refiere a un nombre, generalmente propio, de carácter geográfico o a veces étnico, que se le da a algo desde una lengua exterior y que frecuentemente es una antigua adaptación a la lengua extranjera o una evolución propia a partir del nombre antiguo (se le llama exónimo desde la perspectiva de la lengua propia). Por ejemplo la capital de Gran Bretaña se llama London para los ingleses, pero este vocablo, adoptado por las lenguas externas desde una larga tradición con otra forma, se dice por ejemplo Londres en español y Londra en italiano (se trata de evoluciones o adaptaciones diferentes del nombre romano Londinium). Podemos decir que para los ingleses Londres y Londra son exónimos de su ciudad London, igual que para los alemanes, alemán (en español) o tedesco (en italiano) es un exónimo para lo que ellos llaman Deutsch, y Milán para los italianos un exónimo de su ciudad Milano. Para nosotros, por ejemplo, Barcelonne es un exónimo (francés) para Barcelona.
El exónimo es un uso habitual en todas las lenguas y no valdría la pena calificarlo con una denominación exclusiva. El uso de los términos exónimo y endónimo se debe sobre todo a recientes polémicas sobre si deben o no usarse ciertos términos. En efecto, en algún caso, algún exónimo étnico tiene carácter despectivo (como se ha señalado con el término "esquimal" en Canadá), por eso se recomienda usar el endónimo (el nombre que ellos mismos se dan), que suele ser inuit (aunque hay varios grupos distintos). Es entonces cuando han surgido los términos "exónimo" y "endónimo" para diferenciar ambos vocablos, siempre considerados desde la perspectiva de la otra lengua en cuestión.
El elemento exo-, del adverbio ἔξω, y que no hay que confundir con ek-/ex-, lo encontramos en algunos vocablos como exotérmico, exogamia o exótico. Viene de la raíz indoeuropea *eghs con un formante adverbial originado en un viejo genitivo. Esta raíz *eghs- es la que dio la preposición y prefijo griego ek-/ex- (de dentro a afuera, salida de un interior a un exterior), que encontramos en palabras como eczema, eclipse y éxodo, y también produjo las preposiciones y prefijos latinos ex- (extraer, educar, explicar) y extra- (extraordinario, extrajudicial, extraoficial).
La palabra ὂνομα (onoma) nos dio las palabras onomatopeya, etnónimo, parónimo. Se asocia a la raíz indoeuropea *nomn, que dio nomen en latín y de ahí las palabras nombre, denominar, nómina, nomenclátor, etc.
-Gracias: Helena
Con respecto a los exónimos, una observación sobre un aspecto que a veces se presta a confusión. Los exónimos y los endónimos pertenecen a las lenguas, no a los pueblos, ni a los estados, ni a las naciones, ni a otras instancias que no sean las lenguas. Por consiguiente, si en una lengua el nombre de una ciudad es de una u otra manera será un error pretender que se cambie en el uso por otra forma más próxima al endónimo de la lengua que se habla en ella. Por ejemplo, sería un error que en español en lugar de Moscú alguien pretendiera que dijésemos Moskva.
Pero en los países que, como España, tienen varias lenguas cooficiales hay quien pretende que cuando hablamos en una de ellas digamos los topónimos en otra, en la lengua que se hable en el propio lugar. Si se habla en español hay que decir Lérida, solo diríamos Lleida si hablásemos en catalán. No es correcto decir "me voy a Bilbo", hay que decir "me voy a Bilbao". Cuando se habla en español se dice Orense, cuando se habla en gallego se dice Ourense. Y lo mismo pasa con Onteniente y Liria si se habla español, que son Ontinyent y Llíria en el catalán valenciano. Mucha gente en Andalucía está ahora hablando de haber pasado unos días en las playas de Assilah, cuando, si hablan en español, el nombre de esta ciudad marroquí en nuestra lengua es Arcila.
Son muchos los lugares del mundo que tienen su nombre propio en español por motivos históricos, pero no propiamente de la historia de España sino de la historia de la lengua española: Gales, Cornualles, Bretaña, Burdeos, Marsella, Ginebra, Basilea, Friburgo de Brisgovia, Múnich, Ratisbona, Turín, Florencia, Nápoles, Bolonia, Viena, Belgrado, Atenas, Salónica, Damasco, Jerusalén, El Cairo, Trípoli, La Goleta, Bujía, Argel, Tremecén, Mazalquivir, Tánger, Oporto... son topónimos de la lengua española por distintos motivos y sería un disparate meter en su lugar el endónimo como pasa con los que dicen, por ejemplo, haberse ido de erasmus a Regensburg cuando donde han estado es en Ratisbona, la patria del tan famoso en España don Juan de Austria, y más disparate aún meter el exónimo de otra lengua,como hacen los que dicen haber pasado un verano en La Goulette, diciendo en francés el nombre de la ciudad tunecina que en árabe se llama حلق الوادي (ḥalq al-wādī, "la gola/gaznate/embocadura del río").
- Gracias: Joaqu1n
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