La palabra prontuario, que se refiere hoy a un resumen de cosas para tenerlas presentes o a un compendio de reglas básicas de una actividad, viene del latín promptuarium, que designa al lugar (-arium) donde están las cosas que deben estar prestas y dispuestas para el uso y consumo, y por eso uno de sus significados en latín es almacén o despensa. Pero también significó el armario, legajos o lo que sea donde se conserva por escrito la relación de cosas que se tienen disponibles en una administración, o el registro de lo que sea, y de ahí su significado actual. La palabra se deriva del adjetivo promptus (bien dispuesto, presto, manifiesto), que da en castellano pronto y prontitud, y que no es sino un participio perfecto del verbo promere (tirar de algo, retirar, hacer salir, producir). Este verbo se compone del prefijo pro- (hacia adelante, hacia el futuro) y el verbo emere (tomar, coger, comprar).
De emere tenemos en latín bastantes prefijados que dan al español palabras como dirimir, eximir, ejemplo, perentorio, premio, redimir, vendimia, sumir, consumir, asumir, resumir, presunto, suntuoso, etc. El verbo emere se vincula a una raíz indoeuropea *em- (tomar, distribuir).
-Gracias: Helena
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