Etimología de ICEBERG

ICEBERG

La palabra iceberg viene del inglés, iceberg, procedente del neerlandés, ijsberg, 'montaña de hielo'; del danés, ijs, 'hielo', berg,'montaña'; originado quizás de bergaz, vocablo de origen protogermánico, hipotético antecesor de las lenguas germánicas, incluido el inglés, que se hablaba hacia el siglo VII d.C., con una raíz indoeuropea común *bheregh-,'alto, elevado'. Voces semejantes, como b'rhant, en sánscrito, (s. IV d.C.), bregu, en antiguo eslavo (s. IX d.C.), aexa (hielo) en avéstico y asai (helado), muestran el origen común del término. En danés el vocablo es isbjerg, en sueco, isberg, de origen nórdico, compuesto de is (hielo) y berg (montaña).

En francés, se documenta el término en 1715, como Ysbergh (tomado de alguna lengua nórdica), en una descripción de la isla noruega Jan Mayen, ubicada unos 500 km al este de Groenlandia, donde los isbergs son comunes. En inglés, que es la lengua de donde llegó el término al español, todavía durante el siglo XVII, se utilizaban expresiones como island of ice (islas de hielo, 1610's) y 'sea-hill', (colina marina, 1690's), para referirse a estos témpanos; pero hacia el año 1774 se comenzó a emplear en inglés el vocablo 'iceberg'. En español se documenta en 1917 como iceberg (sin cambios) en el diccionario de José Alemany y Bolufer, donde dice que "proviene del inglés iceberg, a su vez del germano eis (hielo) y berg (montaña)".

Existen varios ejemplos de términos en inglés donde aparece la raíz berg:

En alemán, lengua afín al inglés, podemos citar los siguientes vocablos:

En el lenguaje común existen otros significados del término, por ejemplo, cuando decimos 'es sólo el iceberg del problema', para referirnos nada más a una pequeña porción de algo mucho más complejo.

Un iceberg, es una masa de hielo de agua dulce que se desprende de un glaciar y flota en el mar por algún tiempo, hasta que se funde gradualmente. Debido a que la densidad del hielo es menor a la del agua del mar, aproximadamente sólo 1/9 del volumen de la masa de hielo sobresale por encima de la superficie oceánica; desde abril de 1912, cuando sucedió el hundimiento del Titanic, al chocar con una de estas masas de hielo, en aguas del Atlántico Norte, existe un sistema de vigilancia permanente para detectarlos, sobre todo de febrero a octubre, época del año de mayor incidencia en el hemisferio norte.

Aunque se desprenden de ambos polos, es Groenlandia la zona de donde se originan la mayoría de ellos.

Como es un fenómeno propio de las regiones próximas a los polos, y la mayoría se desprenden del norte, es explicable que la etimología del término iceberg provenga de lenguas habladas por pueblos nórdicos, cuyos habitantes siempre presenciaban este hecho.

Fuentes:

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.


A la raíz indoeuropea *bhergh- (alto, especialmente referida a montañas y fortificaciones) le debemos aún muchas más palabras. Por lo pronto dio en germánico el vocablo burgs (ciudad elevada y fortificada) que pasó al latín como burgus. De ahí derivamos las palabras burgo, burgués y burgomaestre, pero también topónimos como las ciudades españolas de Burgos y el Burgo de Osma, al margen de que este elemento está presente en la forma -berg (montaña) o -burg (ciudad elevada, ciudad en una cumbre), en un número considerablemente alto de ciudades europeas y localidades, como Heidelberg, Nuremberg, Hamburgo, Friburgo o Estrasburgo, por citar algunas importantes, o de fuera de Europa (Johannesburgo por ejemplo). La palabra albergue, en origen fortaleza militar elevada, que nos llega del germánico, también procede de esta raíz.

En la península ibérica en la antigüedad tenemos la versión celtibérica de esa raíz para referirse a una ciudad alta y fortificada que es -briga, y que los romanos respetaron en ciudades de la época que eran sobre todo de pobladores locales, como Segóbriga o Brutóbriga.

También algunos lingüistas piensan que esta es la raíz que da lugar en latín al adjetivo fortis (fuerte) de donde vienen fuerte, fortaleza, reforzar, forcejear, etc. Bien es cierto que otros no lo aceptan como Ernout y Meillet, o lo consideran una hipótesis poco probada.

- Gracias: Helena

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