La palabra desastre proviene del provenzal desastre, compuesta del sufijo latino dis- (separación por múltiples vías) y astro (estrella). La palabra, del latín astrológico o astronómico, designaba la observación de un cataclismo estelar por el que una estrella o cuerpo fulgurante cualquiera observado en el cielo, se disgregaba en mil direcciones hasta desaparecer de nuestra vista. A veces también indicó un anómalo alejamiento de cuerpos estelares entre sí, cuerpos que normalmente guardaban una regular distancia. Como la astrología vinculaba la acción y fuerzas atractivas de los astros a efectos múltiples sobre la tierra y sobre la vida de los seres humanos sin que éstos pudieran tener control sobre estos cuerpos celestes, tal desorden celeste se interpretaba como augurio de desgracias y catástrofes. Al margen, algunos astros, especialmente cuerpos planetarios, estaban asociados con dioses (ver planeta).
La palabra astro viene del latín astrum (astro, estrella). Esta voz es un préstamo de uso exclusivamente cultista y poético del griego ἄστρον ("astron"), variante de ἀστήρ ("astēr", astro). En realidad el latín tiene sus propios vocablos para astro y estrella, que son sidus, sidĕris (astro) y stella (estrella). El griego ἄστρον / ἀστήρ se asocia a una raíz indoeuropea *ster-3 (estrella), a la que también se vincula la palabra latina stella.
- Gracias: Helena
Como datos complementarios:
En latín medieval existía la expresión astrum sinistrum (astro amenazador, aterrador, maligno, aciago, de mal agüero) para referirse al aspecto desfavorable de un planeta o estrella, al que la gente atribuía la advertencia de un mal presagio que podría anunciar una calamidad, percance, un evento desafortunado. En provenzal antiguo (dialecto del occitano de los siglos XI-XIV), además del término desastre existía benastre (buena suerte) y malastre (mala suerte), asociando a los astros (astrum) con la buena y la mala suerte. En desastre astro (astrum) se toma como una estrella o planeta pero con el simbolismo de 'sino', 'suerte', 'destino' y dis- en este contexto como 'posición opuesta', 'tener una fuerza o influencia negativa o contraria', es decir, 'desgracia', 'mal' debido a que los astros no se muestran favorables sino lo contrario, presagian desgracias.
Fenómenos como eclipses, cometas, supernovas, cuando eran visibles sin telescopios, enrojecimiento inusual del sol, etc., eran considerados como desastres.
Como bien lo dice Helena, después desastre no sólo significó un astro que causa aversión y miedo por su aspecto, sino un evento repentino y calamitoso que produce un enorme daño material y de vidas, por ejemplo, un tsunami, huracán, sismo, incendio de grandes proporciones, inundación, guerra, naufragio, tornado, accidentes nucleares, etc.
El diccionario castellano de Nebrija de 1495 dice que "un desastre es un infortunio". Se consideran sinónimos los términos 'calamidad', 'catástrofe' y 'cataclismo'.
Asimismo, se usa este término para referirse a las personas que viven de manera desorganizada o de una manera contraria a lo deseable, cuestión que naturalmente nada tiene que ver con los astros:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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