La palabra Medinaceli es el nombre de una ciudad de Soria, en Castilla la Vieja (hoy Comunidad Autónoma de Castilla y León), muy antigua, de origen prerromano, con notorios restos de época romana como el famoso Arco de Medinaceli. El nombre, sin embargo, es árabe. Viene de مدينة سالم madīnat Sālim "la ciudad de Sālim" siendo este Sālim ("sano, salvo") un nombre propio masculino de uso frecuente, que denominaba una fracción de los amaziges (bereberes) de la confederación tribal Maṣmūda. Los Banū Sālim ("hijos de Sālim") ocuparon en los primeros siglos de al-Andalus esta ciudad fronteriza desde la que controlaban el paso entre la Meseta y el Valle del Ebro y quedó su nombre asociado al topónimo desde los siglos VIII y IX.
Ha habido quien ha pretendido poner en duda una etimología bien asentada y con multitud de fuentes que la corroboran y ha preferido un céltico Okelis u Ocelis que, no obstante, seguiría necesitando del árabe madīna para formar Medinaceli. En la Wikipedia española hay alguien que llega a tener la osadía de llamar "supuesto" al topónimo archidemostrado. Dice el inefable informador de la Wiki:
«La etimología que parte de un supuesto topónimo madīnat Sālim: ʻla ciudad de Salimʼ, donde Salim, a su vez, significa seguro o segura, siendo Medinaceli ʻciudad seguraʼ, ha de considerarse superada».
¿Cómo que supuesto? ¿Cómo que superada? A mi modesto alcance tengo un par de manuscritos de obras medievales que llevan escrito su nombre en árabe bien clarito: مدينة سالم madīnat Sālim.
En la enciclopedia botánica llamada ˁUmdat aṭ-ṭabīb "el apoyo del médico", obra del agrónomo sevillano del siglo XI Abū l-Ḥayr al-Išbīlī, se menciona la ciudad en varias ocasiones con este nombre. Una es cuando habla de la asterácea Helminthotheca echioides (L.) Holub, antes llamada Picris echioides L., que en al-Andalus consideraban remedio para las hernias y quebraduras, por lo que la llamaban عشبة الفتوق ˁušbat al-futūq "hierba de las quebraduras", de la que dice:
ورأيْتُها / بفج العُريْنة من مدينة سالم على المحجة من هناك منها كثير «La he visto en el "Desfiladero del Bosquecillo" [Faǧǧ al-ˁUraynah, la garganta del río Jalón], de Medinaceli [madīnat Sālim], la hay mucho en la calzada que sale de allí.»
Y más adelante vuelve a mencionarla con el mismo nombre cuando habla de la gayuva o uva de oso, Arctostaphylos uva-ursi (L.) Spreng., de la que dice:
وهيَ كثيرة بثغر الاندلس في حيز مدينة اقْلِش ومَدِيْنة سَالم وملِينَه وغيْرها «abunda en la Frontera [Superior] de al-Andalus, en los alfoces de Uclés [madīnat Uqlīš], Medinaceli [madīnat Sālim], Molina [Mulīna] y otros lugares»
En la obra de historia llamada al-Muqtabis "el recopilador", del cordobés Ibn Ḥayyān al-Qurṭubī, que es del siglo XI también, se recogen unos hechos de armas acontecidos en el siglo IX en Medinaceli donde se la menciona también con el mismo nombre que al enteradillo de la Wikipedia le parece "pretendido":
وفيها خَرَجَ / العلج لدريق في خيله [...] للغارة على مدينة سَالِم فأخرج اليه مُوسَى بنُ مُوسَى ابنه فرتون / في جماعة أَصحابِهِ فَلقِيَهُ نبلًا وقابله كِفَاحًا فهزم الله العدو أقبح هزيمة وقتل العلج / ... «En él [año 224 h. = 839 e.c.] salió el cristiano Luḏrīq con su caballería para atacar la ciudad de Medinaceli, pero Mūsà ibn Mūsà envió a su hijo Furtūn con un grupo de los suyos, que lo atacó de frente y luchó con él cara a cara, derrotando Dios al enemigo del peor modo, pues fueron muertos el cristiano ... ». [Este Musa ben Musa era de la familia de origen hispanorromano de los Banū Qāsī ("hijos de Casio"), que gobernaba Zaragoza, y solían tener nombres romanos, por eso su hijo se llama Fortún].
Así que no "ha quedado superada", es la etimología auténtica, lo que habría que superar de una vez por todas es esa irresponsable tendencia al dilettantismo que algunas personas no pueden evitar cuando se ocupan sin mucho conocimiento de cuestiones de diacronía.
- Gracias: Joaqu1n
Como curiosidad hay una falsa etimología de Medinaceli de la que muchos han estado convencidos. Y es considerar la palabra como un híbrido entre árabe y latín, a partir de Medina Coeli ("ciudad del cielo"), del latín coelum, coeli (cielo). Es probable que semejante interpretación de la etimología popular se diera entre eruditos de los siglos XIV, XV y XVI, o surgiera por la necesidad de pasar al latín determinados títulos nobiliares desde el s. XIV, porque lo cierto es que esa etimología va de la mano de tales títulos. Desde la creación en el s. XIV del condado de Medinaceli, encontramos la mención comes Medinae Coeli (conde de Medinaceli), que en el s. XV se convertiría por obra de Isabel la Católica en dux Medinae Coeli (duque de Medinaceli), y pronto los duques de Medinaceli estarían entre los "grandes de España" (un selecto grupo de la alta nobleza, con la máxima dignidad, inmediatamente inferior a la de "infante" que es el hijo de un rey), por lo que eran muy populares y conocidos en la sociedad y el pueblo llano. Esta latinización con intervención de la etimología popular pasó al castellano, de modo que en documentos de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX por lo menos, lo habitual era encontrar menciones del duque o los duques de Medina-Coeli, denominación que aún circula por ahí.
Y además hay en Madrid una popular imagen, muy venerada por los creyentes, que es una talla de principios del s. XVII, conocida como Jesús de Medinaceli o el Cristo de Medinaceli, que muestra a Jesucristo en pie tras la flagelación, se supone que en el momento en que Pilatos lo presenta al pueblo. De esta imagen hay réplicas veneradas en algunas otras ciudades de España y parece que incluso en América, y todas se conocen como el icono del Cristo de Medinaceli. Este cristo se llamaba primitivamente "Cristo del Rescate" porque al parecer, tallado en Sevilla, fue llevado por los capuchinos a la colonia española de Mámora en el norte de África, y conquistada esta por los musulmanes, el Cristo fue llevado a Meknés y posteriormente rescatado a cambio de dinero por los capuchinos. A fines del s. XVII fue trasladado a Madrid al convento de los trinitarios descalzos y depositado en una capilla que había sido financiada por los duques de Medinaceli, y de ahí su nombre. Pues bien, todavía al menos en las primeras décadas del s. XX, se imprimían en Madrid numerosas estampas de esta talla que se repartían entre los fieles o se vendían por muy poco, con la leyenda en latín Iesus Medinae Coeli.
De todo ello, la relativa popularidad de esta falsa etimología popular de Medinaceli como Medina Coeli.
- Gracias: Helena
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