El adjetivo voluble, aplicado a lo que puede enroscarse y a la persona que cambia fácilmente de opiniones, posturas y conductas y es inconstante, procede del latín volubilis (que gira o puede girar, que se enrosca, rueda o gira según situación, mudable, cambiante), adjetivo formado con el sufijo latino de posibilidad -bilis (>-ble), sobre el verbo volvere (girar, desviarse, dar vueltas), de donde también volver y envolver, volumen y rebujado.
El verbo volvere se asocia a una raíz indoeuropea *wel-2 (volver, enrollar) que también genera en latín la palabra valva (hoja giratoria de una puerta), de donde valva y válvula, la palabra vulva (vulva, vagina, en el sentido de "órgano que envuelve") y la palabra vallis (lugar envuelto o rodeado de montañas), de donde valle.
Esta raíz indoeuropea *wel-2 también está en la base de diversos vocablos griegos que conllevan en origen la idea de girar o envolver. En griego se pierde la wau inicial indoeuropea, que a lo sumo deja una aspiración en algunas palabras. Así encontraremos la raíz con las formas hel-/el-, y nos da palabras como hélice y élitro (del griego "estuche") que denomina a las alas endurecidas de ciertos insectos que sirven de estuche a otro par de alas membranosas.
- Gracias: Helena
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