La palabra orbital designa lo relativo a una órbita, igualmente a los huesos del cráneo que rodean las cuencas oculares y también es un concepto asociado a la estructura del átomo. En la corteza del átomo se hallan los electrones girando en torno al núcleo. Antiguamente estudiábamos que esos electrones se distribuían en niveles, subniveles y orbitales, girando en cada orbital una pareja de electrones de distinto spin. Hoy la mecánica cuántica define el orbital atómico como una determinada función de onda espacial y el DRAE define ese orbital como la distribución de la densidad de la carga de un electrón alrededor del núcleo de un átomo. Hay también orbitales moleculares.
La palabra, con un sufijo -al, se deriva del latín orbita, que significa cualquier trayectoria de movimiento circular, tanto la huella de una rueda como la revolución de un astro que gira en torno a otro. Orbita se deriva de orbis, que propiamente quiere decir círculo, redondez, y a veces globo o esfera, y que se aplicó también al mundo, a nuestro planeta. De orbis se derivan también en latín otras palabras que han dado lugar a las siguientes nuestras: orbe, orbicular (músculo anular, como el que hay en torno a los ojos), orbiculado, orbitolina (nombre de ciertos foraminíferos de forma circular), desorbitado, exorbitante e infraorbitario.
- Gracias: Helena
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