La palabra hipérbola viene del latín moderno hyperbŏla, que a su vez procede del griego ύπερβολή (hyperbolḗ) = 'exageración', 'lo que está en demasía', 'exceso', a su vez de ύπερβάλλειν (hyperbállein) = 'lanzar más lejos o más allá de ciertos límites', 'exceder'; término formado por hyper, 'encima de, o más allá', y ballein, 'lanzar o arrojar'. Literalmente, "algo que se excede o que sobrepasa a otra cosa'. Pero vamos a ver el porqué de la etimología del término:
Según el DRAE, hipérbola es un término geométrico que se puede definir como "lugar geométrico de los puntos de un plano cuya diferencia de distancias a dos puntos fijos llamados focos es constante. Resulta de cortar un cono circular por un plano que encuentra a todas las generatrices a ambos lados del vértice". Naturalmente que esta definición sólo se podrá entender si se complementa con dibujos y expresiones matemáticas. Al cortar mediante un plano a la superficie de un cono, se generan diferentes figuras geométricas, las llamadas 'secciones cónicas', que según el ángulo de inclinación y la ubicación relativa, pueden ser, elipses, circunferencias, hipérbolas y parábolas. Y resulta que recibió este nombre desde la antigüedad, debido a que cuando la hipérbola es formada de una sección cónica, 'el ángulo hecho por la base del cono y el plano de intersección es mayor o excede (hyper, hiper en español) al ángulo formado por una parábola'; o bien debido a que 'el plano hace un ángulo mayor con la base, que el que hace el lado de dicho cono'.
Hyper (más allá, encima de), probablemente está vinculada a la antigua raíz indoeuropea *uper-, que también debió haber originado en latín los siguientes términos: super, de donde superior, supremo, superávit, superficie y superfluo; supra, 'arriba, más allá', que dio lugar a soprano, así como a varios términos anatómicos, por ejemplo, supracraneal, supradiafragmático, supraanal, supraaxilar, supraclavicular, supracostal, supracerebelar, suprabucal, suprapalatelar, supratonsilar, supraventricualr, supraorbital, suprarrenal, y otros más; suprālatio, 'exageración al hablar, hipérbole'; suprascando, 'atravesar, sobrepasar'; summus, 'sumo, lo más alto o elevado', de donde somero, sumar, sumo (como sumo pontífice), asomar, consumar. Y para los hispanos que viven en Estados Unidos, o los que hemos viajado por regiones montañosas de ese país, cuando llegamos a la cima o lugar más elevado de un camino, podemos leer la palabra inglesa summit, 'la cúspide o cima de una montaña', término del mismo origen. Debemos mencionar asimismo, que hyper es un elemento compositivo de numerosos vocablos de uso común: hipertermia, temperatura elevada o fiebre; hiperemia, exceso de irrigación de un órgano o tejido; hipérbole (término con la misma etimología que hipérbola cognado o emparentado en su morfología, pero en el campo de la lingüística, se refiere al hecho de aumentar o disminuir la verdad sobre lo que se está mencionando, o expresarse con exageración, como por ejemplo, 'rápido como un rayo', o 'fuerte como un toro'); hipertexto, hipertrofia, hiperacusia, hiperplasia, hiperactivo, hipersensible, hipertensión (presión arterial elevada), hiperbárico, hiperacidez, hiperqueratosis, hipercalcemia, hipercapnia, hiperlipidemia, hiperglucemia, hiperventilación, hiperinflación, etc.
Por otro lado, la voz griega ballein (arrojar, lanzar), quizás se originó de la raíz indoeuropea *gʷelǝ-, 'lanzar', que en la forma sufijada grado cero (sin vocal), generó el radical *gwl-no-, que además de hipérbola, también dio metabolismo, anabolismo, catabolismo, parábola, símbolo y problema.
El vocablo griego hyperbolē (hipérbola en español), es utilizado desde tiempos antiguos, considerándose al matemático y geómetra griego Apolonio de Perga (¿262-200? a.C.) como el que acuñó la palabra en su tratado sobre las Cónicas, que se considera como uno de los más grandes textos científicos de la antigüedad. Pero en realidad, este personaje basó sus trabajos de geometría en obras más antiguas, de otros grandes matemáticos y astrónomos griegos anteriores a él, entre los que podemos mencionar: Hipócrates de Quíos (¿470-410 a.C.); Menecmo (380-320 a.C); Euclides (325-265 a.C.), en su obra Elementos y Conon de Samos (280-220 a.C.).
Unos 1860 años después, en 1637, se publica El discurso del Método (Discours de la Methode), de manera anónima, obra filosófica y matemática del sabio francés René Descartes (1596-1650), donde se vuelven a tratar las secciones cónicas, entre ellas, la hipérbola.
En el siglo XVII, ya en tiempos modernos, se generaliza el término en la literatura científica. Así, por ejemplo, en 1668, en Phil. Trans. III. 643. se puede leer en inglés: The area of one Hyperbola being computed..." (El área de una hipérbola calculada...). Seguramente el autor de este artículo se estaba refiriendo a una región limitada por una hipérbola, pero con la existencia de límites en un sistema de coordenadas, pues las ramas de una hipérbola son asintóticas (tienden al infinito), por ello necesariamente deben establecerse dichos límites.
Fuente:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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