Etimología de GANDINGA

GANDINGA

Gandinga se refiere a un plato de la gastronomía cubana y de Puerto Rico hecho con hígados, especialmente de cerdo. Al igual que mofongo, gongolí, jurutungo y marimba, la palabra gandinga parece ser bantú, traída a América desde África por esclavos negros.

La expresión "no tener gandinga" se refiere a no tener escrúpulos, como que a la persona le faltara algo adentro que le haga sentir empatía por otros.


En la Andalucía atlántica (Cádiz, Sevilla y Huelva) se llama gandinga a los despojos de las reses, entrañas, tripas, bofes, asaduras, con los que se elaboran platos como el menudo, que es un guiso de trozos de los compartimentados estómagos de los rumiantes (vaca o ternera) con garbanzos y chorizo, y con buena dosis de lo que en Cádiz se llama "pimiento chí(l)" (guindilla = chile picante = ají guaguao), un plato rojo (por el tomate y el pimentón), gelatinoso y picante, muy típico de nuestra zona, aunque la Academia no registra el plato menudo en el DLE como andalucismo sino como mexicanismo (10ª acepción).

Los que tienen un puesto donde venden gandinga en el mercado se llaman gandingueros (no figura en el DLE). Tradicionalmente los gandingueros participaban en la matanza y como salario recogían los despojos en el matadero para venderlos. Por eso tenían fama de ser gente muy flamenca, de navaja presta y malas pulgas. Antiguamente se les llamaba jiferos y eran reputados gente diestra en el manejo del cuchillo. Por eso en algunos ambientes de Andalucía occidental se llama gandinguero al "echao palante", al valentón que arriesga y gana. Así es como lo usa el autor de este blog, que supongo que debe de ser sevillano.

Pero la deriva semántica ha hecho que gandinguero, partiendo de esa idea de osado, atrevido o valiente, para bien o para mal, se emplee en Extremadura sin relación ya con la gandinga, como figura en el vocabulario Dichos y modismos del lenguaje extremeño de Eleuterio Gómez Sánchez, con el significado de "Sin oficio. Sin nadie que le ordene; no sujeto a normas", y que ha formado el verbo derivado gandinguear "Pasear, holgazanear, vivir del cuento".

En Cuba la gandinga tiene el mismo significado que en Cádiz, los despojos de la matanza, y, además, el plato preparado con el guiso de la gandinga del puerco se llama también así. Hay allí también una expresión coloquial que llama "echar la gandinga" a trabajar mucho, tanto que acabas echando la gandinga (tus propias entrañas) afuera del esfuerzo. Una expresión paralela a otra que se suele oír por esta orilla del charco que nos une, "echar los bofes", por los pulmones de las reses, que se llaman bofes, y que también se usa para indicar que se queda uno exhausto del esfuerzo. Y también en Cuba, derivando quizá de la osadía y arrojo atribuido a los gandingueros, se dice "tener gandinga" por tener descaro o desfachatez.

La etimología de esta palabra queda muy oscura. Tiene todo el aspecto de palabra de ida y vuelta, de las que van a América y vuelven transformadas. Podríamos intentar aventurar una hipótesis. Lo más probable es que la gandinga andaluza (y lo irradiado a Extremadura y, quizás, a Murcia) venga de Cuba. Pero a Cuba debió de llegar alguna palabra como gandaya, que, con el significado de "vida libre y vagabunda", podría estar emparentada con gandul "tunante, holgazán". La vida de los gandules los llevaría a la truhanería y a moverse por el ambiente de los jiferos, matarifes, matadores de toros, a los que, en un principio se les pagaba con despojos (las dos orejas y el rabo son una reminiscencia). Los gandules que pululaban en torno a las plazas, matanzas y mataderos se buscarían con su gandaya, su vida airada, lo que, con un fuerte son y colorido afrocubano, pudo haberse transformado en la perla de las Antillas en la palabra gandinga, con esa terminación -nga que tan ñáñigo suena. Si esto fuese así, primero sería el "tener gandinga" los gandingueros y después se llamaría gandinga a los despojos con que se pagase su ayuda en los mataderos.

Lo que parece evidente es que la palabra gandinga se ha transformado en Cuba bajo el influjo de léxico de origen africano aportado por los esclavos durante el siglo XIX. Pero se puede encontrar opiniones dispares sobre cómo haya sido esa transformación.

En 1924 el cubano Fernando Ortiz[1], 215, lo consideraba derivado «de la germanía hispana o jerga hampona gandir "comer" y del sufijo despectivo nga », pero más adelante (pág. 216) admite la posibilidad de que «El vocablo gandinga, en su acepción de anatomía vulgar, puede haber sido contaminado por el congoleño njinga "entrañas de animal, limpias y trenzadas para servir de alimento" (Bently, 378) y por el congo-lunda candinga (Capello and Yvens vol. II, 331) "yuca" o "mandioca", o sea una de las más frecuentes comidas».

La primera cita de Ortiz se refiere al diccionario del misionero baptista inglés William Holman Bentley, Dictionary and Grammar of the Kongo Language, 1887, y en ella hay que entender la transcripción njinga con un fonema fricativo postalveolar sonoro [ʒ], es decir [nʒinga], que puede verse identificado en portugués de Angola con ciertas realizaciones africadas de la dental sonora seguida de yod (brasileño día = /ʤia/), por lo que, en la pronunciación portuguesa de ultramar, no sería raro ortografiar [nʒinga] como *ndinga. El equivalente del término de Bentley en el diccionario del también misionero, ahora evangélico, el sueco Karl Laman[2], sería nzinga, según explica en la parte de fonética en su dificultoso francés de sueco: « ʒ pour le j français, s de l'anglais pleasure au Sud. Dans la littérature, on note zi. » ["ʒ por la j francesa, s del inglés pleasure en el Sur. En la literatura anotamos zi"]. Así pues, en la pág. 828 de Laman encontramos « nzinga boyaux (nettoyés et lavés) » ["nzinga tripas (limpias y lavadas)"], que equivaldría al término citado por Bentley.

La segunda cita es del libro de los viajeros Hermenegildo Capelo, Roberto Ivens y otros, oficiales de la Real Armada Portuguesa, titulado en su traducción inglesa From Benguella to the Territory of Yacca: Description of a Journey into Central and West Africa, London 1882. Allí, en el volumen 2, página 331 no hay mas datos que una tabla de equivalencias léxicas; en la columna de portugués pone mandioca, en la de lunda pone candinga y en la de inglés pone manioc. Pero el lunda no es una lengua bantú de la costa, como el kikongo, es una lengua hablada en Katanga que llega al noroeste de Zambia y al noreste de Angola, pero a cientos de kilómetros alejada de la costa de donde se exportaban los esclavos para América, lo que valdría para descartarla para este objeto.

Por otro lado, en 2006, la profesora Leyva Escobar, de la Universidad Central de Las Villas[3], creyó dar con la clave etimológica de gandinga en el término kikongo ma-dinga 'corazón, laringe, garganta' que encontró en Laman, 121. Pero consultado el pasaje, resulta ser una equivocación; lo que Laman había escrito era « dinga, pl. ma- (NO, pl. minga, pron. ma-), cou, gorge, larynx» ["dinga, pl. ma- (Noroeste pl. minga, pronominal ma-), cuello, garganta, laringe"]. Leyva había confundido las palabras francesas coeur 'corazón' y cou 'cuello, pescuezo'. Lo que significaba ma-dinga según Laman era el plural de 'cuello, garganta, laringe'. Si se traduce 'corazón' parece que, aplicándolo a las reses de las que se saca la gandinga, entraríamos en el campo semántico de las vísceras, que es el constituyente principal de esta comida de despojos, reservada, en principio para los pobres, los esclavos de Cuba o los del pueblo bajo en la Andalucía atlántica. Pero si restituimos el sentido original, 'cuello', no es el pescuezo de la res, desde luego, una parte desechable del despiece: es carne roja, músculos, no vísceras, y difícilmente iba a ser ese el origen de nuestra gandinga. Ya puestos a buscar un étimo kikongo, si no nos gustaba el que propuso F. Ortiz, en el diccionario de Laman hay muchísimas palabras terminadas el -dinga y podríamos escoger otra que cuadrase más con gandinga. Por ejemplo, kīndinga (pág. 264), « couper en morceaux, en tranches pour la cuisson; faire la cuisine » ["cortar en trozos, en lonchas, para la cocción; cocinar"]. Pero la propuesta de Ortiz estaba bastante bien.

La también profesora cubana de la misma universidad Gema Valdés Acosta, en 2013, da por buena y repite[4] la etimología del plural ma-dinga, supuestamente 'corazón'. La profesora María Luisa Ortiz Álvarez, de la Universidad de Brasilia, no menciona expresamente esta etimología, pero considera gandinga también un evidente africanismo[5].

No obstante, setenta años antes, en la revista colombiana Thesaurus[6], Juan B. Selva había establecido una serie de sufijos, -ango, -anga, -ingo, -inga, -ongo, -onga, -ungo, -unga, a caballo entre España y América, con diversidad de orígenes a un lado y otro del charco, pero con predominio de los americanos, de origen nativo o afro. Y cuando se vino a referir a la gandinga (p. 205) señaló, como Fernando Ortiz en 1924, la posibilidad de un jergal gandir con el sentido de 'comer' que se hubiera sufijado en Cuba a la manera afrocubana.

De las propuestas anteriores la que más verosímil parece sería la de F. Ortiz, pero quizá sustituyendo el inusitado formante gandir por gandaya con el sentido de 'merodeo buscándose la vida' al que se habría añadido en Cuba un segundo formante *ndinga que introduciría la idea de las vísceras y restos de matanza, procedente del kikongo nzinga.

En cualquier caso, estaría integrado en un campo semántico que agruparía la comida de pobres y esclavos, relacionada con los despojos del despiece de carnes, y con los hijos de la calle que deambulan buscándose el sustento. Este parece ser el nexo entre la palabra gandinga y su posible familia léxica formada (independientemente de sus etimologías respectivas) por gandaya, gandir, gandido, gandul, gandulear, gandulería, gandumbas, y otras que no figurarán en el DLE pero que el genio de la lengua haya alumbrado por muchos otros rincones.

Fuentes:

[1] Fernando Ortiz Fernández, Glosario de Afronegrismos. La Habana: Imprenta "El Siglo XX", 1924, págs. 215-216.

[2] Karl Edvard Laman, Dictionnaire kikongo-français avec une carte phonétique décrivant les dialectes les plus importants de la langue dite Kikongo. Mémoires - Institut Royal Colonial Belge. Mémoire présenté à la séance du 18 janvier 1932. Bruxelles : G. Van Campenhout ; Institut Royal Colonial Belge, 1936.

[3] Myddri Leyva Escobar. Glosario de términos de origen bantú en el español de Cuba. Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas. Facultad de Humanidades. Departamento de Lingüística y Literatura. Trabajo de Diploma. Tutora: Dra. Gema Valdés Acosta. 2006/2007.

[4] Gema Valdés Acosta « El estudio de la bantuidad lingüística en Cuba: Problemas y soluciones » en Panorâmica. 15 (2013) 21-33, especialmente en las páginas 27 y 31.

[5] María Luisa Ortíz Álvarez, « La influencia africana en el léxico y en las expresiones idiomáticas en Cuba y en Brasil » en Elena dal Maso (ed.) De aquí a Lima. Estudios fraseológicos del español de España e Hispanoamérica. Venezia: Edizioni Ca' Foscari, 2020, pp. 139-152, en las pp. 145 y 148.

[6] Selva, Juan B. «Sufijos americanos» en Thesaurus : Boletín del Instituto Caro y Cuervo, 5 (1949) 192-213. Pág. 205.

- Gracias: Joaqu1n

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