El verbo fomentar viene del latín fomentare, verbo usado sobre todo en la literatura médica y veterinaria con el valor de aplicar fomentos, y más rara vez empleado como caldear, dar calor, protección o pábulo a algo para que se desarrolle. Este verbo latino se deriva de fomentum, más frecuentemente empleado en plural fomenta, vocablo que en origen designa a cualquier cosa que alimenta un fuego para mantenerlo, como ramas secas o cualquier otro combustible, también en medicina a remedios calmantes o lenitivos que se aplican en un uso tópico y muchas veces calientes, cataplasma, ungüento para heridas, y también en sentido figurado, remedio, consuelo o protección. De ahí nuestra palabra fomento.
El vocablo fomentum se forma con sufijo -mentum (medio o instrumento) sobre la misma raíz del verbo fovere (calentar). Se asocia a una raíz indoeuropea *dhegwh- (quemar, calentar), presente también en las palabras latinas favilla (ceniza caliente) y febris (fiebre), que nos da fiebre. Asimismo los romanos llamaban Favonius a un viento templado del oeste, una forma del Céfiro, que solía llegarles a fines de febrero y calentaba un poco el ambiente aún invernal, palabra que aún conservamos como favonio.
- Gracias: Helena
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