Etimología de RUBOR

RUBOR

La palabra rubor es un cultismo que viene del latín rubor, que en principio significa enrojecimiento o color rojo e incluso Virgilio usa como metáfora de la púrpura. Plauto, entre el s. III y el s. II a.C., empleó la expresión "dar rubor a alguien" en el sentido de ponerle rojo el cuerpo a base de palos. Pero enseguida se aplicó en latín al enrojecimiento del rostro por vergüenza, por pudor o por recato, y por eso los autores clásicos, como Cicerón, Ovidio o Tito Livio, o postclásicos como Tácito, emplean rubor metafóricamente, una veces como sinónimo de pudor, reserva y recato, otras veces como sinónimo de vergüenza, ignominia o fuente de vergüenza.

El sustantivo latino rubor se forma con sufijo -or de efecto o resultado sobre la raíz del verbo rubēre (ser rojo), de donde también erubescente y erubescencia, que comparte raíz con el adjetivo ruber (rojo), de donde rúbrica y rubricar. De rubēre se deriva también el adjetivo rubĕus (rojo, rojizo, de color encendido), de donde rubio, royo, rubicundo, rubéola, rubí, arrebol, rubidio, etc.

Se asocian estas formas a una raíz indoeuropea *reudh- (rojizo, rubicundo) a la que también se vinculan:

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