El adjetivo rucio que se aplica especialmente a asnos, mulos y caballos que tienen color entrecano, blanquecino o pardo salpicado de un tono canoso, viene del latín roscĭdus (de rocío, cubierto de rocío, plateado de rocío, húmedo de rocío), voz empleada por Varrón, Virgilio, Plinio, Marcial, Apuleyo, etc. El verbo ruciar ya está en Berceo en el s. XIII, procedente del latín roscidāre (salpicar de rocío), que nos da también rociar.
Se trata de una serie de derivados del sustantivo latino ros, roris (rocío), que suele asociarse a una raíz indoeuropea *ers-2 (estar mojado o fluir).
- Gracias: Helena
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