La palabra "neumonía" viene del griego πνευμονἰα derivada de πνεύμων, πνεύμονος (pulmón) y el sufijo - ία. Neumonía designa a una inflamación grave de los alvéolos pulmonares y los bronquiolos respiratorios, que provoca también líquido exudado en el pulmón. Es un equivalente más técnico del término de origen latino pulmonía (de pulmo, pulmonis, pulmón), usado ya en griego clásico. La palabra πνεύμων, que designa al principal órgano respiratorio, procede de πνεῦμα (soplo, respiración, a veces viento), que a su vez se deriva del verbo πνέω (soplar, respirar). En medicina, campo en que se recurre muy especialmente al tecnicismo griego por tradición el elemento radical neumo- o -nea se vincula a términos relacionados con los procesos respiratorios, como disnea, apnea, neumólogo, etc.
Especialmente el vocablo pneuma tiene una larga tradición y un amplio campo significativo. Desde que los discípulos de Hipócrates de Cos empiezan a escribir sus enseñanzas y ampliarlas con su experiencia en el s. IV a.C. hasta aproximadamente el año 100 a.C. (fecha del último escrito del corpus hipocrático), se gesta la teoría de los cuatro humores (χυμός en griego) que intervenían en el equilibrio corporal (ver entrada humor).
En el imperio romano, recibida esta tradición griega, la medicina se diversifica en múltiples escuelas que practicaban métodos diferentes. Siguiendo al médico y tratadista romano Celso (primera mitad del s. I d.C.), que hace un buen resumen de la situación y sintetizando al máximo, según el tipo de tratamientos adoptados, los médicos se dividieron primero en dietéticos, farmacéuticos o quirúrgicos. Pero en los tiempos de Celso, las diversas escuelas pueden dividirse en dos posturas metodológicas: la de los "dogmáticos" (escuela fundada en el s. III a.C., muy filosófica), que postulan la necesidad de amplios conocimientos físicos teóricos y filosóficos para hallar las causas ocultas de la enfermedad, y la de los "empíricos", más prácticos, que proponen sobre todo partir de los síntomas evidentes sin mayores planteamientos y tratar por la experiencia de lo curativo, tratando toda dolencia nueva por similitud a lo conocido, sin intentar investigar en oscuras causas físicas ocultas. Ya Celso se pronuncia por aunar posturas y esfuerzos y llegar a posiciones sincréticas.
Inmediatamente surgirán posturas intermedias, como la de los "metodistas" de Asclepíades, que ya introducen el concepto "pneuma". Son atomistas en lo físico y postulan que la enfermedad es una disfunción de los átomos corporales y una obstrucción del "pneuma". Pero fue Ateneo de Attalia el que a mediados del s. I d.C. fundó la escuela de los "pneumáticos". Inspirados en el estoicismo, y en cierto modo también en las divisiones anímicas de Aristóteles, ellos llamaban "pneuma" al soplo vital o principio que anima todas las partes del cuerpo. Para ellos el pneuma se manifestaba en el pulso, que trasformaron en su principal medio de diagnóstico, y de hecho esta escuela aportó sobre todo un completísimo estudio de las pulsaciones cardíacas, su ritmo, velocidad, frecuencia, alteraciones... Una escuela ecléctica algo posterior intentó tomar de cada escuela o tendencia lo que le parecía más adecuado, pero fue Galeno, el prestigioso médico del s. II d.C., el que con más éxito abordó una síntesis para poner un poco de orden en la medicina e intentar unificar posturas.
Galeno, que fue en realidad sobre todo un gran anatomista y excelente traumatólogo, gracias a su ejercicio como médico del ejército romano y a su larga práctica como médico titular de la prestigiosa escuela de gladiadores de Pérgamo, reunió en sus tratados la compleja y variopinta teoría médica existente, unificando la teoría de los cuatro humores con las tendencias atomistas, e incorporando el "pneuma" o "principio vital", especie de soplo animador del organismo, como un "quinto humor", aunque propiamente en griego no sería un χυμὀς (líquido vital) sino un θυμὀς (soplo). Compárese con las entradas ánima o espíritu, de origen latino.
No hay que confundir a los médicos "pneumáticos" con los mecánicos "pneumáticos". Ver entrada neumático.
Como curiosidad, dado que pneuma acaba significando "espíritu vital", en el primitivo cristianismo del siglo IV d.C., en que los cristianos estaban divididos en diversas sectas o tendencias en la definición de sus dogmas, en el imperio romano oriental se llamó "neumatómacos" (los que luchan contra el espíritu) a los grupos arrianos que negaban la existencia o divinidad del "Espíritu Santo"
- Gracias: Helena
La palabra πνεύμων (pneumon = pulmón), antes πλεύμων (pleumon) es una confluencia de dos raíces indoeuropeas: *pleu- (fluir) y *pneu- (respirar), pues el cambio de pleumon a pneumon se debe por influjo del verbo πνεῖν (pnein = respirar, soplar) que discutimos en la entrada de apnea.
La palabra πνεύμων también lleva el sufijo -μων (-mon ) que denota agente y encontramos en palabras como gnomon (γνώμων = "el que sabe, interpreta, analiza y evalúa), δαίμων (daimon = genio, divinidad menor vinculado con funciones naturales y los destinos), de donde tenemos la palabra demonio, ἡγεμών (hegemon = jefe), como en hegemonía y ἐλεήμων (eleemon = compasivo, piadoso, misericordioso) que mencionamos en la entrada de pantalón.
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