La palabra niacina, una vitamina hidrosoluble del complejo B, también llamada ácido nicotínico, B3 o PP, "Prevención Pelagra" o Pellagra preventive, en inglés, por sus efectos para prevenir este padecimiento, es un acrónimo que proviene de nicotinic acid (ácido nicotínico en español) más el sufijo -ina, muy utilizado para dar nombre a sustancias, como: quinina, riboflavina, tiamina, lisina, metionina, penicilina, etc. Pero para entender el porqué se decidió acuñar este nombre es necesario explicar algunos antecedentes:
Resulta que en la época de la colonización europea de América, los habitantes de este continente utilizaban una planta de la familia solanácea (el tabaco), probablemente de origen sudamericano, de diferentes formas, para fines curativos, religiosos o ceremoniales. Y entre 1550 y 1560, el embajador francés en Portugal, Jean Nicot de Villemain (1530-1600), envió unas semillas a París para su posible cultivo con fines medicinales. En 1571, el extracto crudo de esta planta fue obtenido; en 1828, se aisló de manera pura, y su fórmula molecular fue establecida en 1843; a esta sustancia líquida alcaloide, altamente adictiva se le llamó nicotina, en honor a Nicot. Además, el ácido nicotínico o niacina, se obtuvo de la nicotina por el químico austriaco Hugo Weidel (1849-1899), mediante un proceso de oxidación, en el año 1873, durante sus investigaciones sobre este alcaloide, droga principal del tabaco. No obstante, lo que caracteriza a las reacciones químicas, es que de ciertos productos, se obtienen otros cualitativamente distintos, y este es el caso de la niacina o ácido nicotínico y la niacinamida o nicotinamida, que es una amida derivada de esta vitamina. Así que para evitar la creación de ideas erróneas, en el sentido de creer que el tabaco ya procesado contiene vitaminas, o que la niacina tiene efectos semejantes a la nicotina, se optó por crear el término utilizando el acrónimo arriba señalado. De cualquier manera, la nicotina y la niacina, no comparten efectos metabólicos o fisiológicos, pero los vocablos sí tienen un origen etimológico común, puesto que se tomó el apellido Nicot como epónimo para dar nombre a estas sustancias; así como el naturalista sueco Carlos Linneo (1707-1778) creó Nicotiana para denominar el género botánico al que pertenece el tabaco, especie tabacum.
La niacina se encuentra en estado natural en la carne, hígado, levadura, la cascarilla de los cereales, legumbres y salvado. Participa en muchos procesos metabólicos, como coenzima, sobre todo en el aprovechamiento de los carbohidratos, y es indispensable para mantener la salud de la piel, el sistema nervioso, el aparato digestivo; y asimismo, se le han encontrado propiedades curativas contra el acné, para disminuir los niveles elevados de colesterol, etc. El ácido nicotínico (niacina) y su amida, niacinamida o nicotinamida, son metabólicamente equivalentes o intercambiables.
En 1914, el médico estadounidense Joseph Goldberger (1874-1929), negó el carácter infeccioso de la pelagra y sugirió que era un padecimiento por deficiencia de algún factor nutricional. Después, el bioquímico de la misma nacionalidad, Conrad Elvehjem (1901-1962), descubrió que extractos de origen hepático eran efectivos para curar la pelagra en perros, hasta que logró aislar de ellos la niacina.
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.
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