El verbo ultrajar (insultar, causar un daño) deriva de "ultraje", y este del francés outrage (ofensa grave), compuesto con:
El elemento outra-, heredado del latín ultra- (más allá), como en ultratumba, ultrasonido y ultrarrojo. Deriva de la raíz indoeuropea *al- (otro), que también nos dio adúltero, altercado y altruista. También lleva el sufijo contrastivo -tra, usado para construir la palabra contra y los prefijos intra- (v.g.: intracelular, intramural) y extra- (v.g.: extraordinario, extravagante).
El sufijo -age, que expresa la idea de acción y pasa al castellano como -aje, como vemos en chantaje, sabotaje y viaje. Este sufijo viene del latín -aticus que por vía culta nos da -ático como en fanático, lunático y viático. Por vía patrimonial, nos da -azgo, como en hallazgo, mayorazgo y liderazgo. El sufijo latino -aticus está compuesto con:
El sufijo -atus que forma participios pasivos que indican que ha recibido la acción. Este sufijo pasa al español como -ato, como vemos en estrato, prevaricato y sensato.
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