Un opiliónido es cualquier artrópodo de la clase Arachnida (arácnido) y del orden Opiliònes, de los que se conocen algo más de 5000 especies vivientes distribuidas por todo el mundo. Se trata de arácnidos con cuerpo (que mide entre 4 y 15 milímetros) redondeado o ligeramente oval, con el prosoma (cefalotórax) y el opistosoma (abdomen) completamente fusionados, sin el característico estrechamiento o pedicelo que muestra en esa región el cuerpo las arañas (orden Aràneae), muchas especies poseen sus cuatro pares de patas (como todo arácnido) notablemente largas (no siempre) en proporción al tamaño de su cuerpo, rasgo al que deben su nombre, como más adelante explicaremos; la mayoría llevan glándulas odoríferas y se alimentan de pequeños insectos, hongos o residuos orgánicos. Suelen reposar en grupos masivos de miles de individuos, en huecos de troncos o en oquedades que se forman entre las rocas. Durante mis excursiones de campo por las montañas cercanas a la costa de Jalisco, pude ver varias veces una masas tan grandes de opiliónidos, que daban la impresión de que algún animal (un oso, por ejemplo) estaba echado y se le veía el lomo lleno de pelo, pero al tocarlas, rápidamente se dispersaban en todas direcciones.
La palabra opiliónido procede del latín opilio, opilionis (pastor de ovejas o cabras, jefe de pastores, pastor que no es dueño de su rebaño), y el sufijo de pertenencia o filiación genética -ido, literalmente "animal perteneciente al grupo de los opilios". Opilio quizá proceda de un supuesto vocablo *ovilio, derivado de ovis (oveja). Todo esto se debe, no a que estos animalitos se asemejen a los pastores, sino que al parecer, los antiguos pastores de las Landas francesas o zonas similares pantanosas (como en los Países Bajos, próximos a Alemania) utilizaban unos palos altos o zancos con horquillas para apoyar los pies a cierta distancia del suelo, y de esta manera ganar altura para poder vigilar mejor al rebaño de ovejas que pastoreaban y poder caminar por terrenos embarrados; y como muchos opiliónidos tienen unas patas excepcionalmente largas, particularmente las del suborden Palpatòres, se ganaron ese nombre. Tanto el comediante latino Plauto (254-184 a.C), como el poeta romano Virgilio (70-19 a.C.), parece que emplearon en sus escritos el término opilio con el significado de 'pastor'. Al término latino ovis se le vincula con la raíz indoeuropea *owi- (oveja), también asociada al antiguo término inglés ewe, eowu, de donde la actual palabra inglesa ewe (hembra adulta de oveja).
Al naturalista y entomólogo alemán Johann Friedrich Wilhelm Herbst (1743-1807), le debemos el nombre del primer género de opiliónidos (Opilio, 'pastor de ovejas, por lo zancón de estos arácnidos') en 1793, que debió haberlo tomado de esa costumbre pastoril de utilizar zancos en ciertas regiones europeas, como las que antes mencionamos; mientras que el zoólogo, entomólogo y aracnólogo sueco Carl Jakob Sundevall (1801-1875), acuñó en 1833 el término Opiliònes para denominar al orden en el que se agrupan estos animales, en Conspectus Arachnidem, página 12.
Fuentes.
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.
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