Etimología de REVELLÍN

REVELLÍN

La palabra revellín es una palabra sin etimología conocida porque, aunque viene del italiano revellino variante rivellino, éste término en italiano no se ha establecido con certeza qué origen tiene.

Como es una palabra hoy ya muy rara, veamos aquí el uso que hace Cervantes de revellín en el Quijote, cuando el famoso discurso de las armas y de las letras (tomado de la edición anotada del Centro Virtual Cervantes):

Y ¿qué temor de necesidad y pobreza puede llegar ni fatigar al estudiante, que llegue al que tiene un soldado que, hallándose cercado en alguna fuerza(16) y estando de posta o guarda en algún revellín o caballero(17), siente que los enemigos están minando hacia la parte donde él está, y no puede apartarse de allí por ningún caso, ni huir el peligro que de tan cerca le amenaza? Solo lo que puede hacer es dar noticia a su capitán de lo que pasa, para que lo remedie con alguna contramina(18), y él estarse quedo, temiendo y esperando cuándo improvisamente ha de subir a las nubes sin alas y bajar al profundo sin su voluntad.

(16) 'plaza fortificada'. (17) posta o centinela perdida es el puesto avanzado ante la guarda o centinela doble; revellín o caballero es bien una torreta de estacas y barro que se construye cerca de las murallas de una plaza sitiada, bien una fortificación precaria y aislada que cubre un lienzo de muralla (I, 39, 457, n. 50). (18) Para derribar la muralla de una plaza sitiada se hacía un túnel -la mina- que se cargaba de explosivos. El remedio, al percatarse del peligro, era hacer otro túnel -la contramina- que atajase el sentido del primero, cargarlo y hacerlo explotar en el lugar y momento que mayor mal pudiese causar al atacante.

Para lucubrar un poco sobre su posible etimología conviene saber de qué hablamos, qué es un revellín, qué tipo de obra de fortificación. Cuando se abandonaron las fortificaciones medievales de murallas flanqueadas por torres, muy vulnerables a las novedades de entonces en artillería, se idearon otros tipos de murallas, generalmente flanqueadas por unos baluartes que solían tener planta pentagonal, con un lado del pentágono abierto a la fortificación y los otros cuatro de cara al enemigo, dos reflejos sobre la propia muralla, para coger al asediante entre dos fuegos y otros dos alineados en punta hacia afuera. Pero entre cada dos baluartes quedaba la cortina, el lienzo de muralla más expuesto al embate frontal de la artillería enemiga. Y muy a menudo en las cortinas se abrían las puertas, lo que aumentaba el peligro y hacía de ellas el punto más desprotegido. Para proteger estas cortinas se idearon los revellines. Estaban exentos de la muralla, como avanzada ante ella y tenían la forma de un triángulo con la punta hacia el enemigo de modo que hacia la muralla quedaba la base sin fortificar para que pudieran sus defensores replegarse rápidamente si el enemigo lo tomaba. El revellín tenía que ser de una altura inferior a las murallas, para no interferir el tiro desde ellas y para quedar a su merced en caso de ser tomado. Con el juego de baluartes pentagonales y revellines triangulares las fortificaciones de los siglos XVI, XVII y XVIII adoptaban muy bellas formas de planos estrellados. Todavía pueden admirarse en muchas ciudades de Europa y América que tuvieron el buen criterio de no derribarlas en beneficio del automóvil. Pamplona en España tiene muy bien conservados revellines en el Parque de las Murallas, también Badajoz, y la palabra Revellín forma parte de la toponimia urbana en Ceuta y Logroño, pero en Cádiz los revellines se arrasaron para edificar encima. En Portugal hay muchas ciudades que conservan íntegras las murallas con sus baluartes y sus revellines en perfecto estado, casi siempre las fronterizas la mejor a mi juicio Almeida, que hacía frente a la española Ciudad Rodrigo, pero también Elvas frente a Badajoz, Évora, Valença do Minho frente a Tuy. En América revellines había de norte a sur y de este a oeste, de Chile a Puerto Rico, en todas las ciudades fortificadas, como Cartagena de Indias, y, aunque muchos hayan desaparecido, la palabra revellín está presente por doquier en la toponimia menor, como Punta Revellín en Chile, o el Revellín de San José en Veracruz.

Revellín - foto cortesía de Joaqu1n

Estos son, en primer término, los revellines de la Puerta de Tierra de la muralla de Cadiz, hoy destruidos, en la maqueta que hizo construir Carlos III en el siglo XVIII que se conserva en el Museo Municipal de Cádiz, en una foto que publica la página del propio museo.

Una hipótesis podría ser del bajo latín revellare, que procede de una fricación intervocálica de rebellare, con el sentido de "rechazar (al enemigo)" quizá con un cruce semántico con el latín clásico revellere "arrancar", de modo que el revellino italiano fuese una fortificación arrancada de las murallas porque estuviese exenta y destinada a rechazar al enemigo asediante desviándolo del lienzo de muralla que es uno de los puntos más endebles

Durante los siglos en que estas fortificaciones tuvieron uso el término se extendió por todas partes. En portugués se dijo revelim con variante rebelim y en catalán revellí. En francés se varió la vocalización, ravelin, y esta es la forma que se difundió por muchas lenguas de Europa, de modo que se dice igual en inglés ravelin, en alemán le ponen siempre mayúscula, como sustantivo, Ravelin y en holandés tienen su ortografía peculiar, ravelijn... hasta en ruso se dijo равелин.

- Gracias: Joaqu1n

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