Etimología de SEXAGENARIO

SEXAGENARIO

La palabra sexagenario viene del latín sexagenarius, adjetivo que significaba "que contiene sesenta, que contiene un grupo de sesenta", y se aplica a mediciones diversas. Así por ejemplo en latín fistula sexagenaria es una tubería de 60 pulgadas de diámetro (lo emplea así por ejemplo Frontino en el s. I d.C. en su tratado sobre los acueductos). Aplicado en latín a las personas, "que contiene sesenta", se refiere a los años de su edad, y ese es el valor que nos ha quedado. Sexagenarius es un adjetivo de relación con sufijo -arius, formado a partir del distributivo sexageni-ae-a (en grupos de sesenta, de sesenta en sesenta), formado a partir de sexaginta (sesenta), que a su vez se compone de sex (seis), de la forma indoeuropea *s(w)eks, y del elemento -ginta (decena, diez veces), que procede de *dkm-ta, a partie de la raíz indoeuropea *dekm- (diez).

Para entender esto hemos de comprender cómo era el sistema de numerales latinos. Nosotros tenemos numerales cardinales (los que sirven para contar, uno, dos, tres…), numerales ordinales (los que sirven para ordenar, primero, segundo… duodécimo..) y numerales fraccionarios (los que sirven para expresar una parte o fracción, como doceavo o treceavo). Estas formas las hemos heredado del latín. Pero además el latín tenía otros tipos de numerales que como sistema regular y completo nosotros hemos perdido. Son los numerales multiplicativos, los numerales distributivos y los numerales adverbiales. Los multiplicativos servían para expresar una multiplicación, como quincuplex o quincuplus (el quíntuplo) y hemos conservado algunos aunque no el sistema completo. Los distributivos servían para distribuir en grupos regulares de un determinado número los elementos de un conjunto: nosotros no los tenemos y hemos de recurrir a un giro o expresión para suplir esta carencia, y así hemos de decir: "iban de dos en dos", o "iban de trescientos en trescientos, en grupos de trescientos", donde el latín emplearía un vocablo numeral concreto como ibant bini (iban de dos en dos, en grupos de dos), o ibant treceni (iban de trescientos en trescientos). Los adverbiales servían para indicar el número de veces que se realizaba una acción: nosotros no tenemos más remedio que recurrir a un giro y decir: "cayó siete veces", donde el latín lo expresaría con un numeral adverbial acabado en -ies, como septies cecidit (cayó siete veces).

Pues bien, los numerales distributivos se forman con un sufijo *-no, en la práctica -enus, aunque siempre -eni porque siempre aparecen en plural y no suelen tener singular, ya que siempre se refieren a un grupo. Y así tenemos bini (de dos en dos), terni (de tres en tres), quaterni (de cuatro en cuatro)…, quinquagēni (de cincuenta en cincuenta), sexagēni (de sesenta en sesenta), septuagēni (de setenta en setenta), etc.

Pues bien, todos estos numerales distributivos formaban además luego un sistema de adjetivos derivados de ellos con el sufijo de relación -arius, para calificar a nombres que contenían un grupo con el número de elementos que indicaba el distributivo. Así de bini (de dos en dos, en grupos de dos), binarius (que contiene un grupo de dos), de terni (en grupos de tres), ternarius (que contiene un grupo de tres), de quaterni, quaternarius…, de quinquageni, quinquagenarius, de sexageni, sexagenarius, de septuageni, septuagenarius, de octogeni, octogenarius, de nonageni, nonagenarius… etc.

Pues bien, así como no hemos conservado los distributivos en -eni salvo en algunas escasas formas aisladas singularizadas tanto femenins como masculinas (decena, centena, el cereal que llamamos centeno…), sí hemos conservado como cultismos gran parte de los adjetivos derivados en -arius, como binario, ternario, cuaternario, quinario, senario, septenario…, referidos a ritmos o secuencias de un determinado número de elementos, o a elementos que forman parte de una secuencia de determinado número fijo de elementos. Y formas como quincuagenario, sexagenario, septuagenario, octogenario, nonagenario o centenario, las referimos sobre todo (aunque no exclusivamente) a grupos de edad, a individuos que cuentan en su haber con un grupo de determinados años cumplidos o se hayan en la década correspondiente (se llama sexagenario por ejemplo al que ya tiene cumplidos los 60, hasta que cumple los 70, por eso podría tener perfectamente 64 y lo seguiríamos llamando sexagenario porque se haya en esa decena), que era uno de los valores que ya se le daba en latín.

De manera que sexagenario, aunque tenga un elemento -en, no tiene nada que ver con la palabra año (annus, en latín) como algunas personas erróneamente creen, sino que se trata de un sufijo del numeral distributivo del que se deriva.

- Gracias: Helena

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