La palabra ginecología viene del latín científico gynaecologia, término que aparece por vez primera en 1730, en una obra de Martín Shuring, llamada Gynaecologia historico-medica hoc est congressus muliebris M. DCC. XXX. (Ginecología histórica médica sobre la mujer).
Gynaecologia, a su vez es una palabra tomada del griego γυναικός = gynaikós, de gynē (mujer), más -λογία = -logíā ('estudio', aunque con el significado original de 'razonar'). De este modo, la ginecología, simplemente se interpreta como "el estudio o tratado de la mujer", pero como es el nombre de una división de la medicina, entonces podemos interpretar el término desde el punto de vista estrictamente médico como "la rama de la medicina que trata de las enfermedades y los cuidados médicos rutinarios del sistema reproductor y mamario femenino (Webster's Dictionary). Naturalemente que esta ciencia médica también se aplica al estudio y cuidado de las hembras de los animales, por lo tanto, podemos hablar con toda propiedad de ginecología (y obstetricia) veterinaria.
La raíz indoeuropea *gwen- (mujer), se asocia a gynaikós, gynē, así como a cwene (mujer, prostituta, esposa), en inglés antiguo; ben (mujer), en antiguo irlandés; zan (mujer), en persa, etc. Mientras que logíā, se relacióna con la raíz *leg- (recoger, escoger), con derivados relacionados con 'palabra, lectura, ley y leña, entre otros'.
Gynaikós, gynē (mujer) es un lexema griego altamente productivo en la creación de una infinidad de tecnicismos, entre los que mencionaremos como ejemplo: gineceo, la estructura femenina de una flor; ginecomastia, desarrollo de las mamas semejante a las de una mujer, pero en un hombre; ginefobia, temor morboso hacia las mujeres; ginandromorfo (del griego, andros, 'hombre', 'varón'), un organismo anormal con características de hembra y macho mezcladas, etc.
Por su parte, -logíā, es un elemento muy utilizado para dar nombre a muchas ciencias, por ejemplo, geología, estudio de la tierra y sus procesos a lo largo del tiempo; biología, tratado o estudio de los seres vivos; oftalmología, rama de la medicina que trata de los ojos; herpetología, estudio de los reptiles y anfibios; bacteriología, estudio de las bacterias; micología, ornitología, briología, mineralogía, limnología, edafología, microbiología, meteorología, astrología, y una larguísima lista de palabras más.
Siguiendo el minucioso rastreo que hace Francisco Cortés (2014) sobre la evolución de la palabra ginecología desde sus orígenes, me permito sintetizar los hallazgos más importantes que él describe:
"Escritos médicos sobre la mujer están testimoniados desde la Grecia Antigua. Así, por ejemplo, en el Corpus Hippocraticum (ss. V-IV a.C.) del médico Hipócrates, por supuesto, se encuentran menciones breves acerca de varios temas relacionados con la mujer, entre otras: Sobre la naturaleza femenina, De las enfermedades femeninas, Enfermedades de las doncellas, De la superfetación, Del sietemesino, Del ochomesino, etc., donde emplea el adjetivo γυναικεῖος = gynaikeîos (lo relacionado con la mujer), y su plural neutro, γυναικεῖα, gynaecia, transliterado al latín, que desde entonces permanecerá como término empleado en todas las obras médicas, hasta que finalmente aparece en latín gynaecologia, en 1730, como lo señalamos en el primer párrafo de este artículo. Diocles de Caristo (s. IV a.C.), un médico griego renombrado, publicó una obra sobre ginecología a la que llamó Περὶ γυναικείων (sobre lo relativo a las mujeres)".
Así mismo, "el médico griego Sorano de Éfeso (ss. I-II d.C.), escribe un tratado sobre la mujer en cuatro libros, donde desarrolla temas sobre obstetricia, anatomía de los genitales femeninos, sexualidad, el embarazo, el parto, el puerperio, cirugía, padecimientos propios del embarazo, y hasta cuidados del niño. Galeno (130-200 d.C.) también dedica algunos escritos a cuestiones ginecológicas, como la anatomía del útero, el desarrollo del feto, de los sietemesinos, etc.".
"Durante el periodo medieval (ss. V- XV d.C.), se siguieron publicando escritos dedicados a los padecimientos propios de la mujer y sus procesos reproductivos, sobre todo, médicos del norte de África, así como persas y árabes. Para el siglo XVI (1564) apareció un tratado que reunía obras ginecológicas conocidas hasta la fecha, llamado en latín Gynaeciorum (Cuestiones sobre la mujer), describiendo enfermedades de embarazadas, parturientas y del periodo puerperal o posparto. Hasta que finalmente, se publica la multicitada Gynaecologia en 1730. En 1820 el médico alemán Carl Gustav Carus (1789-1869) escribe su Lehrbuch der Gynaekologie (Texto de Ginecología), ya con el pleno sentido que ahora tiene el término".
Cortés llama a su trabajo, 'Cuando el concepto existe mucho antes que el término', debido a que es innegable que desde las culturas más primitivas, de seguro las gentes ya tenían bien clara la idea de que las mujeres, por su estructura y fisiología genital diferente a la de los hombres, y por el hecho de ser las que tienen la función de gestar y luego parir a los niños, tenían padecimientos muy propios, que el sexo masculino no sufría. Pero tuvieron que pasar miles de años para que por fin surgiera la palabra adecuada para denominar tal concepto o cuerpo de conocimientos, es decir, ginecología, de origen eminentemente griego.
Fuentes:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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