La palabra glande viene del latín glans, glandis (bellota, también cualquier objeto en forma de bellota), obtenida de su acusativo glande(m). Ya en el s. I d.C., el enciclopedista y médico romano Aulo Cornelio Celso, en su tratado De medicina, utiliza la palabra glans repetidas veces para referirse a la cabeza del pene, cuya forma recuerda a una bellota. Por ejemplo en el libro 7, capítulo 25, nos habla de la práctica de la circuncisión por parte de algunos pueblos, que priva al glande del recubrimiento parcial del prepucio, que en cambio resulta así más estético para otros, y también nos habla del caso de lo que ya llama fimosis, en que el glande no puede ser completamente desnudado o descubierto, en cuyo caso hay que intervenir y abrir ese prepucio cerrado para que el glande pueda quedar descubierto.
De ahí que en el Renacimiento, a partir de estos textos, se introdujera el cultismo glande para referirse a esa parte de la anatomía del pene como ya lo hizo Celso.
De la palabra latina glans, glandis, también se deriva glándula. Por comparación con el griego y algunos escasos paralelos indoeuropeos, puede reconstruirse una raíz que sería *gelǝ- o *gwelǝ- para este fruto conocido desde la más remota antigüedad.
- Gracias: Helena
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