La palabra "oído" viene del latín auditus (escuchado), participio del verbo latino audire (escuchar). De ahí nos viene el verbo oír y las palabras oreja, obedecer, audio, audible, audiencia, auditorio e inaudito.
El cambio de -au- (auditus) a -o- (óido) es el mismo que encontramos en toro (taurus) y gozo (gaudium). La desaparición de la d interna es igual que en creer (credere) y fiel (fidelem). La sonorización de la t (auditus -> oído) también se puede apreciar en otras palabras como cuidado (cogitatus) y rodilla (rotella).
El verbo latino audire se asocia con la raíz indoeuropea *aw-2 (percibir, entender) que estaría presente en estética y sinestesia a través del griego αἰσθησις (aisthesis = sensación, conciencia).
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