Expresiones: Lavarse las manos

Lavarse las manos

Es una expresión que significa desentenderse de un asunto que te atañe y que tiene graves inconvenientes, declinar toda responsabilidad en él o manifestar la grave repugnancia con que uno permite actuar a otros en el asunto. El origen de la frase es evangélico y se refiere al acto realizado por Poncio Pilatos cuando intentaba oponerse a la ejecución de Jesús y al final, según los evangelios, viendo que no podía impedirlo, se lavó las manos. En Mateo 27, 24 se lee: “Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que más bien se promovía más tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.”

¿Y quién era este Poncio Pilatos y qué hacía allí?. Bueno, un ejército Romano que había estado en guerra contra Mitrídates del Ponto, al mando de Pompeyo entró en Judea el año 63 a.C. porque Aristóbulo e Hircano, dos hermanos, se disputaban el trono, y Aristóbulo, sitiado solicitó la ayuda de Pompeyo a cambio de una fuerte suma de dinero. Pompeyo lo libró de su hermano, pero Aristóbulo se pasó de listo y no quiso pagar, y entonces Pompeyo lo atacó, lo destituyó y puso a su hermano Hircano en el trono. Él y sus descendientes establecieron un sólido tratado de amistad y clientela con Roma y dispusieron de toda la ayuda romana y tropas para mantener bien su trono a cambio de derechos comerciales y algunas cosillas así, y de este modo, Herodes el grande, gran amigo de los romanos, que gobernó bajo protectorado romano, disfrutó de todo su apoyo militar hasta su muerte el año 4 d.C. Pero al morir de nuevo hubo conflictos, se tuvo que establecer una tetrarquía entre sus cuatro hijos y hubo inestabilidad. Es por eso que entre el año 6 y el 41 d.C. los romanos van a enviar prefectos. Un prefecto es un comandante de tropas y una especie de gobernador menor (no llega a serlo, los gobernadores se llaman procónsules o propretores) con fuerza militar que supervisa las cosas. Esto se limita parcialmente al llegar al trono Herodes Agripa I en el año 41 d.C. y Judea mantiene independencia de iure, aunque mermada tras la sublevación de 67-70, hasta el año 100 d.C. en que Herodes Agripa II muere sin descendencia y ya Judea se transforma totalmente en provincia romana.

Así que Poncio Pilatos fue uno de esos prefectos de la época de inestabilidad, que estuvo en ese cargo desde el año 26 d.C. hasta el 36 en que fue destituido. ¿Y qué sabemos de él?. Pues lo que dice Flavio Josefo y lo que dicen los evangelios. De los escasos datos de Flavio Josefo parece que fue hombre más bien mediocre y que en su mandato se dieron corruptelas y algunas revueltas entre judíos que no supo manejar muy bien, y se narra una anécdota de que una vez entraron sus soldados al pretorio, a la torre Antonia, cerca del templo de Jerusalén con unos estandartes con la figura del emperador. Entre eso y que algún soldado bobo se le ocurrió quemar incienso de noche ante algún estandarte, se produjo una revuelta de tomo y lomo porque los indignados judíos no podían tolerar tal idolatría. Se ve que por eso y alguna otra cosilla, hay indicios de que el emperador Tiberio llamara al orden a Pilatos y le leyera la cartilla, en el sentido de que debía guardarse mucho de provocar líos con los judíos.

En cuanto a la información de los evangelios es mucho más conocida. Jesús es apresado e interrogado de noche por los saduceos que lo llevan a Pilatos por la mañana, quien viendo que no es romano y que además no es un rebelde alterador del orden público, lo envía a Herodes y al sanedrín porque no es de su competencia juzgarlo. Y entonces empieza el ajetreo “de Herodes a Pilatos” de la figura de Jesús. El sanedrín lo condena, pero Pilatos no ratifica la sentencia porque no entra en delitos religiosos. Entonces el sanedrín lo acusa de sedición por proclamarse rey de los judíos, y Pilatos lo sigue considerando inocente…Y así hasta que las presiones, incluida la de los partidarios del sanedrín en las masas populares que exigen el indulto de Barrabás y la condena a muerte de Jesús, lo llevan a “lavarse las manos” y dejar hacer la voluntad de Anás y Caifás y todo su sanedrín.

Pero lo más curioso y lo más gracioso no es eso, sino a lo mejor algo que poca gente sabe. En Mateo 27, 19 se lee que la esposa de Pilatos le envió un mensaje diciéndole que no se mezclara en el asunto de la sangre de ese justo, porque había tenido un sueño al respecto. Y nada se dice del nombre de esa mujer. Pero la tradición cristiana primitiva la llamaba Claudia Prócula. Y resulta que Claudia Prócula fue canonizada y elevada a los altares como santa desde la antigüedad por la iglesia ortodoxa oriental, que sigue celebrando Santa Claudia Prócula el 27 de Octubre de su santoral. Pero no se lo pierdan, la Iglesia Ortodoxa Etíope canonizó desde antiguo a ambos esposos como santos, por haber intentado evitar la ejecución de Jesús, y celebra el 25 de junio la fiesta de los santos Pilato y Prócula. Es decir que para al menos una parte de los cristianos, ¡Poncio Pilatos es un santo elevado a los altares!

-Gracias: Helena

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