Etimología de VIKINGO

VIKINGO

La palabra vikingo probablemente proviene del nórdico antiguo "vik", que significa bahía o fiordo (una bahía estrecha y profunda entre montañas de laderas abruptas, formada por los glaciares, muy común en las regiones de norte de Europa); por lo tanto, significaría "el que proviene de los fiordos". En esa misma lengua, "viking" significaba una expedición marina. En 1807 apareció en inglés el término "vikingr" para referirse a un pirata escandinavo. Otros filólogos mencionan la palabra "wicing", que aparece en escritos del siglo XVI, como antecedente de vikingo, que provendría del latín "vicus", que significa villa o aldea.

Sin embargo, quizás el término fue utilizado por ellos mismos para hacer referencia al hecho de que eran "hombres que se lanzaban al mar con fines comerciales, bélicos y de pillaje". De cualquier manera, ser vikingo en aquellas épocas era algo altamente honorable entre ellos, como lo muestran numerosas inscripciones mágicas o misteriosas en los países escandinavos, conmemorando tales hazañas.

Siendo excelentes constructores de embarcaciones y expertos marinos, fueron hábiles para navegar en mar abierto, con la orientación del sol, la luna y las estrellas. Bandas de hombres atrevidos y audaces navegaban en busca de actividades comerciales o simplemente por el deseo de satisfacer su anhelo aventurero, en busca de lugares desconocidos y de riquezas de muy variada índole. Estos proyectos de navegación pronto se convirtieron en actos de piratería y salvajes saqueos. Animados por cuentos heroicos de los ancianos y enardecidos por la devoción religiosa de sus dioses guerreros Odin y Thor, ellos se convirtieron en el azote de muchas regiones europeas por muchas generaciones (según varias fuentes históricas, se considera que la era vikinga corre del año 790 d.C. hasta la conquista normanda de Inglaterra en 1066 d.C.).

Podemos distinguir tres grupos vikingos: suecos, noruegos y daneses.

Los primeros eran más bien comerciantes que militares, incursionaron hacia el este; hacia finales del siglo VIII, navegando a través de ríos y lagos rusos, llegaron a los mares Caspio y Negro, lo que posibilitó el contacto con el imperio Bizantino y con Persia. Llegaron a gobernar Kiev en el siglo IX. En 907 d.C. una flota de unas dos mil embarcaciones suecas atacaron Constantinopla, llegando por el mar Negro.

En cambio, los noruegos se dirigieron al occidente. Se posicionaron en las islas Feroe, Shetland, las Orcadas, las Hébridas e Islandia, así como en algunos sitios de la costa irlandesa. Incluso Erik el Rojo y sus descendientes llegaron a la parte más septentrional de América.

Por su parte, los daneses fueron, durante unos 300 años, muy temidos en Europa. Tras la muerte de Carlomagno organizaron incursiones a las costas del mar del Norte, tanto en el continente, como en las islas británicas. Hacia el año 845 d.C. atacaron y saquearon París, llegando a través del río Sena; por el río Garona llegaron a Tolouse, y por el Guadalquivir, hasta Sevilla, España. En el año 911 d.C. el rey francés Carlos III, apodado el Simple, otorgó al jefe vikingo Rollon, la región de la desembocadura del río Sena, surgiendo así al ducado de Normandía.

Hacia finales del siglo X d.C. los vikingos suspendieron sus incursiones. Noruega, Dinamarca y Suecia se convirtieron en reinos y, con la expansión del cristianismo, los vikingos se fueron convirtiendo en europeos legitimados por la religión cristiana.

Aunque los vikingos llegaron a la región de América del Norte, probablemente a donde hoy es parte de los estados de Maine y Massachusetts, Estados Unidos, la provincia oriental canadiense de Newfouland y otras regiones cercanas, que ellos llamaban "Vinland", (al parecer por la abundancia de vides que crecían espontáneamente en aquel tiempo, y cuya ubicación geográfica exacta sigue siendo controversial), parece que se vieron obligados a retirarse ante las hostilidades de las tribus que entonces allí vivían. Y, aparentemente, las hazañas en tierra americana de aquella época no influenciaron a los europeos. Solamente unos 500 años después, con la llegada de Cristóbal Colón, renació el interés por colonizar aquellas regiones y el resto de América.

Fuente:

Cohen L. Sidney. 1998. Vikings. World Book. Vol. 20. USA.

Ingstad Elge. 2002. Vinland. In Encyclopedia Americana. USA.

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.

Hablar de establecimiento de vikingos en América del norte es hoy por hoy excesivo y poco exacto, y lo más claro es que sí llegaron allá. Aprovechando una etapa climatológicamente cálida, los vikingos llegaron hacia el s. X a Groenlandia, donde sí establecieron dos asentamientos que fueron abandonados al llegar la pequeña edad del hielo del s. XIV, en que las condiciones climatológicas hicieron de estos lugares enclaves especialmente inhóspitos. Los vikingos navegaban saltando de isla en isla, y las sagas literarias del s. XIII sí nos hablan de territorios más allá de Groenlandia (entre los que está el no bien identificado Vinland citado). También nos hablan de un establecimiento por esas tierras más allá de Groenlandia, que tuvo graves dificultades y fue abandonado. Por mucho que se han buscado probables asentamientos vikingos, el único claro que documenta la arqueología es uno que se encuentra en la isla de Terranova, y que tuvo una vida breve, y que para muchos especialistas es el establecimiento único de que hablan sus sagas. En general lo que se piensa es que los vikingos llegaron en efecto a tocar las costas canadienses, sobre todo de la península del Labrador (según algunos podrían haber llegado hasta Massachusetts aunque eso no está nada claro), pero en forma de incursiones puntuales destinadas a abastecerse de madera de árboles y otras materias primas que eran escasas en Groenlandia, y de ninguna manera hubo establecimientos estables ni ocupación de la tierra, y muy pronto perdieron todo contacto con el nuevo continente.

- Gracias: Helena

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