Las palabras, igual que las cosas, se desgastan con el uso. Si uno las
tiene guardaditas en los libros, se conservan igual, así como
si fueran objetos en un museo. Cuando estan conservaditas, las llamamos
cultismos.
Pero cuando las usamos oralmente, se van desgastando según las
leyes fonéticas de cada región y las llamamos vulgarismos o
términos patrimoniales. Uno de estos desgastes lo llamamos lenición,
del latín lenis (débil). O sea,
es el proceso de debilitamiento del sonido de las palabras. De lenis
nos llega también lenidad (debilidad en castigar),
lenificación (acción de hacer algo más
débil) y lenizar (suavizar).
Hay varios tipos de leniciones:
Aspiración de la s (muy común en Chile,
pues en el mapudungun no
existe el fonema s):
estais -> estai'
vos -> vo'
respeto -> re'peto
Espirantización, donde las consonantes oclusivas b, d, g
pasan a fricativas: ph, th y j (otro fenomeno muy común
en Chile):
obsesionado -> ophsesionado
verdad -> vertha'
digno -> dijno
Sonorización,
donde las consonantes sordas (t, c/k, p) en latín pasan a sonoras (d, g, b) en
castellano:
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