La palabra incubación viene del latín incubatio, incubationis y es la acción del verbo incubare, compuesto de in- + la raíz cub (estar acostado o acostarse). Si bien este vocablo se empleaba ya por ejemplo, para designar el empollado de los huevos de las aves y otros usos, los romanos emplearon muy especialmente este término para designar una práctica mágico-religiosa propia de la antigua Grecia. La medicina tradicional en Grecia estaba vinculada a la superstición mágico-religiosa y se practicaba en florecientes templos llamados Asklepeiones, bajo el patrocinio de Asklepio (dios de la medicina) e indirectamente de Apolo, con quien Asklepio estaba vinculado. El más famoso Asklepeion estaba en Epidauro (en Grecia, en el Peloponeso), aunque había muchos afamados (Pausanias los enumera y describe), entre ellos los de Cos y Pérgamo.
En todos ellos se practicaba el rito de la incubatio como método, consistente en que el enfermo debía dormir en el suelo del templo, normalmente sobre la piel de algún animal ofrendado y sacrificado por él, el número de noches necesario hasta tener un sueño significativo, que se consideraba inspirado por el dios y que era interpretado por los sacerdotes, que indicaban al enfermo lo que según el sueño debía hacer (indicaciones muy variopintas, desde dádivas y ofrendas al santuario que de todos modos se producían, hasta baños, gimnasia o toma de algunas hierbas, etc.).
La riqueza y poder de estos santuarios fue enorme en época griega clásica a juzgar por los exvotos, inscripciones y extensión e instalaciones de los mismos, aparte de los relatos de la época. Pero con todo, alcanzan su máximo esplendor y riqueza hacia el año 300, fecha en que ya se ha desarrollado una medicina independiente y de orientación científica, lo que prueba que entre las masas populares tenía mucho más prestigio la medicina mágico-religiosa tradicional. De hecho, los primeros médicos, como Hipócrates de Cos, estuvieron por tradición familiar vinculados a Asklepeiones, de los que sin duda extraen la experiencia secular en distintos remedios que podían tener los sacerdotes, pero se desvinculan ya de las prácticas esotéricas. Por ese motivo los médicos hipocráticos y hasta los helenísticos, sufren en Grecia un feroz ataque, orquestado por estos templos y sus sacerdotes, que viven de esas prácticas y los ven como indeseada competencia, ataque que sin duda cala bastante en las clases populares, y que acusa a los médicos de prácticas oscuras y no controladas y de peligrosos intervinientes en casas y fortunas ajenas, divulgando peligrosas prácticas que pueden caer en las manos más indeseables. Es esta una de las más poderosas razones para el surgimiento y establecimiento del llamado "juramento hipocrático" que establecen los primeros médicos, por los principios del s. IV a.C., para protegerse dando garantías a la sociedad de la seguridad y buen fin de sus prácticas. Así el juramento hipocrático empieza invocando a Apolo y a las divinidades médicas Hygieia y Panaceia, para indicar que sus actividades también tienen la protección de los dioses, y sigue asegurando, por un lado que no se dará ningún fin dañino o mortífero a sus saberes, y por otro que estos se trasmitirán de modo controlado, jurando que en ninguna casa que entraren tendrán prácticas sexuales o conductas corruptas, y garantizando la solidaridad de maestros y discípulos, incluso en lo económico, lo que prueba la inseguridad vital de aquellos primeros médicos.
Con la incorporación de las tierras griegas al Imperio Romano en el s. II los asklepeiones entran en una muy notoria decadencia. (Algunos, como el de Pérgamo, adquieren un carácter más científico). Sin embargo siguen existiendo hasta que a fines del Imperio Romano el cristianismo, que prohibe toda práctica religiosa que no sea la propia, acaba cerrándolos o destruyéndolos.
La práctica de la incubatio se testimonia también en otras culturas con distintos fines, y no sólo en la griega. Lo cierto es que cuando decimos que estamos "incubando" una enfermedad, momento previo a la declaración total de ella con un diagnóstico y unos remedios ,y que no indica que estemos "acostados", estamos haciendo uso sin saberlo de un término que se refería en origen a esta práctica popular y religiosa.
Otros vocablos de origen latino que tienen la misma raíz (y la idea primitiva de estar acostado) son cubículo, cubil, concubina, decúbito, incubadora, incumbencia o sucumbir.
- Gracias: Helena
Podemos hacer la radicación de la palabra incubatio, de esta manera:
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