La palabra felógeno, literalmente, "que engendra, genera o produce corcho", viene de los términos griegos, φελλός = phellos, 'corcho' + γεν- = gen-, 'generar'. Phellos, (corcho), se vincula a la raíz indoeuropea, *bhleu- 'hinchar, rebosar', como en otros vocablos técnicos, por ejemplo, felodermo y felema; mientras que gen-, génos (generar), está relacionado con la raíz indoeuropea, *gen- 'dar a luz o parir'.
Génos es un elemento muy prolífico en el campo del vocabulario científico internacional, pues además de felógeno del que en este caso estamos tratando, podemos citar una infinidad de palabras, entre la que destacan, por ejemplo, hidrógeno, oxígeno, genética, genotipo, patógeno, partenogénesis, histogénesis, abiogénesis, eugenesia, embriogénesis, oncogénesis, transgénico, etc. Pero también, esta misma raíz indoeuropea (*gen-), dio lugar entre otros términos, al sustantivo latino genus, con el significado de raza o estirpe, de donde nacieron numerosas palabras que hoy utilizamos, como genio, primigenio, progenitor, generación, gendarme, y muchas otras.
Se trata de un término propio del campo de la botánica, que se registra por vez primera en inglés (phellogen) el año 1875, como se lee en la siguiente cita del libro Text-Book of Botany (Texto de Botánica), editado en aquel año:
1875 Bennett & Dyer. Sach's Bot. 90 - I. "In some cases the phellogen of the periderm gives rise not only to corck-cells.." (TRADUCCIÓN: "En algunos casos el felógeno de la peridermis da origen no solamente a células del corcho...").
El felógeno es un tejido meristemático o indiferenciado secundario, también llamado cambium cortical, que se localiza en la zona periférica de las raíces y tallos de las angiospermas (plantas con flores) dicotiledóneas, cuando ya ha concluido su crecimiento primario y, a veces, en algunas monocotiledóneas, originando o generando hacia afuera la parte más externa de la corteza, también llamada súber, felema o ritidoma, comúnmente denominado "cáscara", formado por células que se impregnan de ceras y súber, que finalmente mueren, pero funcionan como un medio protector o aislante para los tejidos vivos más profundos de la planta y presentan ese típico aspecto agrietado, debido a la presión que va ejerciendo el crecimiento diametral de tallos y raíces. De manera semejante a las células más externas o epidérmicas de la piel (con una función similar), que se van desprendiendo y son reemplazadas por otras, las más expuestas del felema o ritidoma caen, y de forma continua van siendo repuestas por otras que genera el felógeno.
Bibliografía:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez..
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