Etimología de EQUITACIÓN

EQUITACIÓN

La palabra equitación que designa la acción y actividad de los jinetes, viene del latín equitatio, equitationis, nombre de acción a partir del verbo equitare (cabalgar). Este verbo se deriva de eques, equitis (jinete), que a su vez se deriva de la palabra equus (caballo), de cuyo femenino tardío equa viene nuestra palabra yegua. La palabra equus se asocia a la raíz indoeuropea *ekwo- (caballo), que da lugar también en griego a la palabra ἵππος ("hippos", caballo), pues el griego siempre transforma en labial p la labiovelar indoeuropea kw. De ahí palabras como hípica, hipódromo, hipopótamo o albéitar.

Pero un poco de atención a la palabra latina eques, equitis, porque además de jinete y soldado de caballería, significa también "caballero", que es una clase social y aunque parezca mentira en la Roma clásica no tiene nada que ver ya mucho con tener caballos o ir a caballo. Los ciudadanos romanos estaban censados, en un censo que no sólo incluía su relación nominal como ciudadanos del Estado, sino también la relación de su riqueza o bienes y su clasificación en un rango u otro, en una "clase" u otra. Esto servía para cuestiones tributarias: el que más tenía más impuestos pagaba, el que menos pagaba menos, y el que no tenía bienes no pagaba nada. También servía para determinadas votaciones: agrupados en centurias votaban y votaban primero los más ricos, cuyo voto siempre contaba más teniendo en cuenta que además eran menos. El primer censo lo estableció el rey Servio Tulio en la remota época de la monarquía, allá por el siglo VI a.C., y tal censo servía también en aquel remoto momento para clasificar a los hombres de cara a un servicio de armas, en una época en que eran los propios combatientes los que debían llevar sus propias armas en caso de guerra. Y así, en esa clasificación social nació el ordo equester (clase de los caballeros) que en esa época primitiva eran quienes tenían, sin una gran fortuna, los bienes suficientes como para tener un buen caballo y aportarlo como equipo propio a la guerra en caso de necesidad. Poco después ya el Estado equipaba a los combatientes, y entonces no era necesario que el eques, ciudadano de fortuna media, tuviera un caballo, sino que el Estado le concedía un caballo público que debía mantener siempre bien cuidado y adiestrado a su costa, y el custodiar un caballo público era un honor.

Pero eso dejó también de ser un elemento distintivo y al final simplemente el ordo equester y los equites (caballeros) eran sobre todo un grupo social caracterizado por una fortuna media, inferior a los integrantes del ordo senatorius (que basaban su riqueza en amplias posesiones de tierras y bienes raíces), y cuya fortuna procedía generalmente del comercio, los negocios y la manufactura. Uno que fuera del ordo senatorius tenía derecho a llevar una franja ancha de púrpura en su vestimenta: por eso en Roma un laticlavus (literalmente "un franja ancha") significa vulgarmente "un pez gordo". El eques tiene derecho a llevar una franjita estrecha y se le llama angusticlavus ("franja estrecha"), y también lleva un anillo propio de su clase. El ser del ordo equester favorecía el acceso a ciertos cargos y a un aceptable cursus honorum, tanto en Roma como en las provincias y a veces se accedía automáticamente a ese grupo social al salir del servicio al ejército por haber ejercido ciertos rangos, como el de centurión primipilario o el de decurión.

En época clásica e imperial desde luego ser un eques en el sentido de caballero, no tiene nada que ver necesariamente con tener caballos, que incluso campesinos podían tener sin ser del ordo equester, o gentes del ordo equester no haber montado en su vida uno. Por ejemplo el poeta hispano Marcial, que parece que en principio tenía pocos recursos, tras su triunfo en Roma como escritor de epigramas accedió al ordo equester. Y si leen en alguna parte, por poner un ejemplo, que un jurista como Ulpiano, que vivió entre el s. II y el s. III d.C., pertenecía al ordo equester, no piensen que él o su familia se dedicaba a la tenencia de caballos. Probablemente era una familia enriquecida por el comercio en Tiro, que simplemente tenía los suficientes recursos para estar en ese grupo social.

Por último no se ha de confundir la raíz de la palabra equitación, con la raíz de palabras como equitativo (=igualitario), equidad, equidistante...Estas proceden de la raíz de aequus (igual, llano, justo) y no tienen nada que ver.

- Gracias: Helena

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