Etimología de DAMASCO

DAMASCO

La palabra damasco (tipo de tela, también albaricoque, tipo de fruta) viene de Damasco, ciudad en Siria, sede del Califato Omeya y gran centro de intercambio comercial entre Europa y el Medio Oriente. El topónimo viene del latín Damascus derivado del griego Δαμασκός (Damaskos). No está claro de donde vino la palabra griega, pero se presume un origen semita.


Damasco es un nombre polisémico que procede de Damasco, la capital de Siria y una de las ciudades más antiguas del mundo. No se conoce la lengua en la que se dijo por primera vez Damasco hace más de 10.000 años. Hay evidencias de asentamientos humanos en Damasco en las riberas del río Barada o en el oasis de Ġūṭa desde 9.000 a.C. Y el nombre que nos ha llegado es de una lengua ajena a las lenguas semíticas o, en todo caso, de una lengua semítica desconocida y cuyas raíces no se pueden rastrear. En la Biblia aparece 45 veces con variantes gráficas como דַּמֶּשֶׂק dammeśeq, דַּמָּשֶׂק dammāśeq, דַּרְמֶשֶׂק darmeśeq, דַּרְמָשֶׂק darmāśeq, דּוּמֶּשֶׂק dūmmeśeq y דְּמֶשֶׁק dmešeq. También hay inscripciones cuneiformes del segundo milenio a.C. encontradas en Tell el Amarna donde se le llama du-ma--ḳa (dumašqa).

En cualquier caso, aunque no sepamos de dónde viene el nombre de la ciudad de Damasco sí sabemos que de esta ciudad es de donde vienen las acepciones de damasco en español.

Una es la de damasco, tejido de seda monocolor de alto valor con bordados reversibles formando dibujos que alternan zonas brillantes y mates que se irisan al moverse la tela. El nombre viene de que esta tela llegaba a los centros comerciales del Mediterráneo occidental desde Damasco, y probablemente a Damasco le llegaba desde lejanos centros fabriles de la China a través de la Ruta de la Seda. En el Museo Arqueológico de Damasco se encuentran ejemplares de seda china del siglo III de nuestra era llegados por esta vía. En casi todas las lenguas europeas hay un cognado para esta tela del mismo origen damasceno (damasco en español, portugués e italiano, damask en inglés, danés, noruego, albanés y turco, damas en francés, domàs en catalán, Damast en alemán, holandés, sueco, estonio, serbocroata, macedonio, ucraniano y ruso (дамаст), damasc en rumano, damaszt en húngaro, etc.). Aquí un ejemplo de cómo era una tela muy estimada y de cómo Quevedo se burlaba con saña de Juan Pérez de Montalbán examinando con lupa su Para todos (1632) en la sátira que le dedicó, Perinola (1632):

«[…] Luego dice:

Y allí desde un repecho,

que quiso ser peñasco,

vestido de damasco,

baja el lagarto que la cola ondea; […]

»Lo primero, este dotor sabe el intento de los repechos, pues sabe que este quiso ser peñasco (que es mucho saber); y luego viste al lagarto de damasco, y no de tabí ni de terciopelo. Mas esto el lagarto se lo ha de agradecer al peñasco, porque si el verso dijera:

Y allí, desde un repecho,

que pretendió ser peña,

»dice forzosamente:

vestido de estameña;

que el consonante hace el gasto a los poetas para estos vestidos. ¡De buena se escapó el lagarto! […]»

Otra acepción es la de la fruta denominada damasco. Es el llamado también "albaricoque", el fruto de Prunus armeniaca L. Este frutal procede de Asia Central y China y se fue extendiendo hacia occidente en el primer milenio de nuestra era. A los griegos les llegó en torno al siglo IV a.C. y a Roma en torno al s. II, y como les venía de Oriente los griegos no dudaron en llamarlo μῆλα ἀρμενιακά "manzanas armenias", de donde mucha gente creyó que eran realmente de origen armenio, incluso en Armenia, al construir modernamente la identidad nacional han consagrado el damasco o albaricoque como el árbol nacional, despertando en algunos muy patrióticos reacciones de lesa patria ante cualquier sombra de duda, incluidas las informaciones sobre el hallazgo de los ancestros silvestres en China. En España se supuso que venían de Damasco, que tampoco es verdad, pero suena bien. Por eso los llamamos damascos. A los damasquinos actuales les sorprende que en buena parte de América y en el sur de España se llame esta fruta con el nombre de su ciudad, pero les agrada, porque la verdad es que en abril se llenan los jardines de esta hermosa ciudad de damascos floridos, que es un árbol frecuente allá, y alegran toda la ciudad.

Hubo otra acepción, pero esta no caló mucho en España, de llamar damascena a una ciruela. Y de damascena, quitándole la d- inicial porque coincide con la preposición de -igual que en Andalucía la mayoría no dice damasco sino amasco-, en portugués (d)amasce(n)a dio ameixa que es el nombre habitual para las ciruelas. La denominación botánica antigua era Pruna damascena pero no llegó a incorporarse de pleno derecho al género Prunus, donde un taxon Prunus damascena Ehrh. o Prunus damascena Dierb. están por resolver, según The Plant List y muy probablemente no sean más que sinónimos de Prunus domestica L., la ciruela común. El caso es que hay cognados en otras lenguas, damas o damas violet en francés y damson en inglés que derivan de Damasco y suelen identificarse como Prunus domestica subsp. insititia (L.) Bonnier & Layens, la ciruelita negroazulada que en español se llama "endrina" y con la que en Navarra se hace el pacharán. Creo que los ingleses también maceran las endrinas, pero no en aguardiente sino en ginebra y hacen lo que llaman damson gin, que no es exactamente como el pacharán, sino una especie de pacharán aginebrado.

Otra atribución a Damasco, pero esta vez de nuevo por culpa de la Ruta de la Seda, es la de la orfebrería donde el damasquinado es una labor de taracea metálica en el acero o el hierro al que se le encastran metales preciosos en ranuras que forman dibujos. Los famosos sables de acero inoxidable que venían de Oriente en la Edad Media, que en España se llamaron de alinde porque venían de la India, en otros sitios se llamaron de Damasco, que era un centro redistribuidor, y la orfebrería que los enriquecía y -antes de la invención del capitalismo- les daba valor añadido se llamó labor de damasquinado porque entendían que era lo que se hacía en Damasco, aunque en realidad podía venir así ya desde la India, o desde Bujara o de la propia China.

- Gracias: Joaqu1n

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