La palabra caldera viene del latín caldaria (caliente, procedente de calidaria). Sobre todo la palabra en latín en forma neutra, caldarium, designaba tanto a una estufa o una caldera como a la sala de baños de vapor calientes de las termas romanas. Se deriva del adjetivo calidus (cálido, caliente), del que proceden también en castellano las palabras cálido, caldo, escaldar y rescoldo. Con la misma raíz está en latín la palabra calor, que nos da calor, caloría, calorífico y escalofrío. Y de igual modo tenemos el verbo calere (estar caliente), del que se derivan caliente, calafatear, chalán, chófer y escalfar.
Todas estas palabras latinas proceden de una raíz indoeuropea que Roberts-Pastor dan como *kelә-1 (caliente) y Pokorny como *k̂el-1.
- Gracias: Helena
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