El término aromaterapia es un neologismo del siglo XX formado por la fusión de dos vocablos griegos: arōma (planta aromática, perfume, especia), y therapeía (tratamiento que cura o que sirve para aliviar dolencias, cuidado), de therapeutēs (el que administra o suministra), procedente a su vez de therapeuein (asistente, guarda o acompañante), de theraps, con el mismo significado. Literalmente "tratamiento curativo o médico (therapeía) con sustancias aromáticas (arōma)".
El origen de la voz griega arōma no está claro; quizás sea un préstamo de una lengua desconocida, tal vez oriental; de ella deriva en castellano aroma, 'un olor agradable o placentero, como el de una planta, especia, perfume o alimento', aromatizante, aromático y por supuesto, aromaterapia.
Por su parte, el vocablo therapeia (tampoco se tienen referencias claras sobre su origen, probablemente proviene de alguna lengua anatolia) dio origen en español a terapia, es decir, el tratamiento de las enfermedades o discapacidades, o algo que tiene el poder de aliviar o curar. Así mismo, de este término griego se originaron muchas palabras de uso común: terapista, 'el que se dedica a curar'; terapéutica, 'rama de la medicina que estudia la aplicación de remedios para aliviar enfermedades'; hidroterapia, 'curación por medio del agua'; psicoterapia, talasoterapia, fisioterapia, quimioterapia, etc.
Aunque no con este nombre, la aromaterapia se ha utilizado desde hace miles de años; se sabe que desde tiempos muy antiguos la usaban en China, Egipto, Grecia, Roma, India, etc.
La historia de esta práctica médica probablemente se inició en tiempos prehistóricos con la combustión de madera, hojas, flores, espinas y hierbas con ciertas fragancias oleosas. Quizás surge con el descubrimiento que algunas fogatas de plantas como el ciprés y el cedro saturaban el aire de aromas o fragancias. De hecho, nuesta moderna palabra perfume deriva del latín per (por, a través de) y fumus (humo), literalmente, "por o a través del humo", debido a las sustancias aromáticas contenidas en el humo al quemar restos vegetales.
Según estimaciones, es probable que en algún momento entre los años 7000 y 4000 a.C. las tribus del Neolítico observaron que las grasas animales al calentarse absorbían aromas vegetales con propiedades curativas. Tal vez hojas o flores aromáticas cayeron accidentalmente en la grasa cuando la carne se cocía sobre el fuego. La información obtenida de aquel hecho fortuito, condujo a su vez a otros descubrimientos, por ejemplo, tales plantas añadían olor o sabor a los alimentos, ayudaban a sanar heridas, etc. Además, estas grasas impregnadas (los antecedentes de nuestras lociones actuales) perfumaban a las personas y protegían su piel y su pelo o relajaban los músculos doloridos después de un intenso trabajo, o bien influían favorablemente sobre la energía y las emociones. Gradualmente, con el avance de la civilización, el incienso, los aceites para el cuerpo y las aguas aromatizadas se fueron utilizando de manera combinada para aliviar la mente, el cuerpo y el espíritu.
El químico francés Rene-Maurice Gattefosse (1881-1950) acuñó el término aromaterapia en francés (Aromathérapie) hacia el año 1928, cuando sufrió quemaduras en una mano durante un accidente de laboratorio, y sin pensarlo, la metió en un recipiente de aceite aromático para calmar el dolor; pero descubrió que con ello el tiempo de curación fue muy breve. En 1937 publicó en francés un libro llamado Aromathérapie-Les Huiles essentielles-hormones végétales (TRADUCCIÓN: Aromaterapia-Aceites esenciales-hormonas vegetales), marcando el año en que salió a la luz pública el término.
A partir de entonces, comienza el desarrollo acelerado de la aromaterapia; destacando la influencia del médico cirujano militar francés Jean Valnet (1920-1995), quien durante la Segunda Guerra Mundial utilizó aceites esenciales con manzanilla, clavo, limón y tomillo sobre heridas y quemaduras, y después usó esencias oleosas para tratar enfermedades psiquiátricas. También, la bioquímica francesa Marguerite Maury desarrolló métodos terapéuticos aplicando esos aceites a la piel mediante masajes, reintroduciendo el antiguo método de la aromaterapia al mundo actual.
La aromaterapia es el uso de aceites aromáticos o de olor agradable de origen vegetal con fines curativos. Pueden suministrarse durante el baño, inhalados, aplicados a la piel durante una sesión de masaje, por vía oral, mediante compresas frías o calientes, etc., sobre todo para aliviar la tensión psíquica o curar enfermedades de la piel, aunque también se utiliza para tratar de curar otros trastornos de la salud, por ejemplo, insomnio, náuseas, faringitis, dermatitis, venas varicosas, molestias de la menopausia, migraña, ciertas infecciones virales o bacterianas; además, se cree que estos aceites actúan en áreas del cerebro relacionadas con emociones y experiencias del pasado, como el sistema límbico. Se trata de una medida terapéutica muy antigua, pero que en nuestro tiempo ha mostrado un notable crecimiento. Como todas las terapias alternativas, cuenta con muchos simpatizantes, pero también con detractores.
Así que la aromaterapia como término y como una terapia alternativa moderna tuvo su origen principalmente en Francia durante los albores del siglo XX.
Fuentes.
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.
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