La palabra antidemocráticamente (de manera que está en contra del deseo de la mayoría de los ciudadanos) es una de esas que se formó miles de años atrás y luego otros le fueron añadiendo prefijos y sufijos para expresar algo más específico. Vamos a pelar esta cebolla:
Empezamos con el prefijo anti- que viene del prefijo griego ἀντι- (anti- = opuesto, contrario, como en: antilogía, antipatía, antiséptico). Se vincula con una raíz indoeuropea *ant (adelante, antes, afuera), que dio ante, antes y antiguo a través del latín.
Luego tenemos la palabra democracia que viene del griego δημοκρατία (demokratia), compuesta con:
La palabra δῆμος (demos = habitantes de un pueblo, masa de pueblo, ciudadanos), como en demagogia, demoscopia y epidemia. Se asocia con la raíz *dā- (dividir, compartir), que comparte con el latín damnum (condena judicial) y el verbo damnare, de donde viene dañar.
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