La palabra "aconfesional" (que no pertenece a ningún credo religioso), igual que amoral, asexual y alegal, es una construcción moderna que mezcla el prefijo de privación griego, a- y el sufijo de origen latino -al, con una palabra de origen latina (confesión). Podemos hacer su radicación de está manera:
El prefijo privativo griego α- (a- = no, sin), como en ateo, agrafia y afasia. Se vincula a una raíz *ne-. Esta muestra su nasal originaria cuando se sitúa ante vocal, como en: anarquía, anacoluto, analgesia. De ahí también viene el prefijo latino in- que encontramos en palabras como inaudito, incapaz, imparcial, etc. Así que esta palabra debería ser "inconfensional", para tener todos los elementos latinos.
El prefijo latinocon-, que expresa la idea de unificación e inclusión global. Lo encontramos en palabras como consolidar, consumo y contemplar. Este prefijo se asocia con una raíz indoeuropea *kom- (junto, cerca de), que nos dio en griego la palabra κοινός (koinos = común), de donde koiné, cenobio y epiceno.
La palabra fassus (hablado), participio del verbo fateri (admitir, confesar). Este cambia de -fass- a -fess- cuando está preficado por apofonía, como vemos en professus. Se asocia con la raíz indoeuropea *bha-2 (hablar), presente en fábula, hablar, infame, infancia, infantería, etc.
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