Etimología de VALENCIA

VALENCIA

La palabra valencia, así con letra uve o v corta minúscula, comparte la misma etimología (de origen latino) con Valencia, ciudad española y otras que llevan el mismo nombre en Portugal, Francia y América. Sin embargo, este vocablo, valencia, es un tecnicismo que se utiliza en química, inmunología, psicología y lingüística principalmente. De una manera muy general, en química, valencia es un número entero que representa o expresa la capacidad o 'fuerza' de combinación del átomo de un elemento, o bien de un radical, determinado por el número de electrones que pierde (valencia positiva) o gana (valencia negativa), en los enlaces iónicos; o que comparte en los enlaces covalentes. Así, por ejemplo, la valencia del hidrógeno (H) es1+, la del radical sulfato, (SO4), es 2-, y la del argón un elemento inerte o noble, que no posee capacidad o fuerza combinatoria, es 0. En inmunología, hace referencia al número de sitios de enlace de un antígeno a los que puede unirse una molécula de anticuerpo. En psicología, valencia se refiere a la aversión o atracción que un individuo siente hacia un evento específico u objeto, etc. El nombre propio Valencia también lo encontramos como apellido, así como en nombres de filmes, obras literarias, melodías, género de cierto pez, etc.

El término valencia proviene del latín, valentia, que significa 'fuerza, vigor, salud, robustez, perfecto estado'; pero naturalmente, en este caso la palabra hace alusión a 'fuerza o poder', porque expresa la fuerza o poder de combinación de los átomos. Valentia, a su vez proviene del adjetivo valēns (fuerte, robusto, saludable, poderoso, sólido), participio presente de valēre, 'ser o estar fuerte'.

La raíz indoeuropea *wal- (fuerte, vigoroso) se asocia a la voz latina valēre (estar fuerte), de donde, además de valencia, provienen Valencia (nombre de ciudades), válido, valor, inválido, prevalente, valioso, equivalente, ambivalente, etc. Así como valeo, 'estar sano y fuerte', de donde los latinismos: valeo in dicendo, destacar en la oratoria; valeo amicis, tener amigos poderosos; id nihil valet quin, esto no impide que, etc. De *wal-, parece que también provienen wealden, gobernar, en inglés antiguo; y la voz germánica waldan, con el mismo significado.

El químico inglés Sir Edward Frankland (1825-1899), al estudiar los compuestos organometálicos, llegó a proponer o idear la teoría de la valencia, publicándola el 10 de mayo de 1852, en la que postulaba que cada tipo de átomo tiene cierta capacidad o fuerza para combinarse con otros átomos. Posteriormente, August Kekulé (1829-1896), químico alemán de origen checo; Dimitri Ivanovich Mendeleév (1834-1907), químico ruso; Sir William Ramsay (1852-1916) químico escocés, y muchos otros, fueron haciendo contribuciones que culminaron con la consolidación del concepto químico de valencia ya bien entrado el siglo XX.

Finalmente, podemos mencionar dos citas por orden cronológico que muestran cómo desde mediados del siglo XIX, ya aparece este término con ese significado en la literatura científica:

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.

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