Etimología de TESTIGO

TESTIGO

Antiguamente, al jurar que lo que decían era verdad, los testigos juraban tomándose los testículos como demostrando que podían aceptar perder lo que fuese por defender su verdad.

- Gracias: Roberto Gassiot


La frase latina: Unus testis, nullus testis podría explicar porque tenemos dos testículos. jajaja.

Chistosa la versión, pero no es verdad. La palabra testigo viene del antiguo castellano testiguar, el cual viene del latín testificare. Testificare está compuesto de testis (testigo) y facere (hacer).

Algunos piensan que testis proviene del latín testa ("vaso de barro para tomar vino" y también "cabeza"). El latín testa es la raíz del francés tête y el italiano tèsta (ver: tiesto, testarudo y tet-a-tet). Entonces un testigo seria alguien que da la cabeza o da la cara. Por la relación a la copa de vino, también podría ser que el testigo dice la verdad: In vino veritas.

Por otro lado, "testículo" viene de 'testiculus' compuesto de 'testis' y el sufijo "culus", que es usado como diminutivo. Entonces los testículos serian "los pequeños testigos", o "las pequeñas copitas de barro".


El latín testis, raíz de testigo, no tiene en su etimología ninguna relación con testa 'concha'. Testis vendría de *tristis 'el tercero' > *terstis > testis y la raíz sería el numeral tres. En la itálica lengua osca trstus vale por testes 'testigos' y tristaamentud vale por testamento. Semánticamente, por tanto, testigo sería la tercera persona que puede confirmar algo. Ernout- Meillet es la fuente de esta etimología. La forma del castellano testigo, procedente del antiguo verbo testiguar, se aparta de otros romances como el francés témoin, el catalán testimoni, el portugués testemunho o el italiano testimone donde la base es el latín testimonium.

- Gracias: Pedro Menoyo Bárcena


Para completar a Pedro Menoyo Bárcena, las raíces indoeuropeas a partir de la cual se extrae todo lo referente a testigo es la combinación de *trei-, 'tres', en su forma combinativa *tri-, que se une con *sta-, 'posición, colocar, establecer, parar...', en su forma reduplicada *si-st(ə)-, formando *tri-st-i-, 'el tercero que se mantiene al margen', como ya se dijo.

De la forma reduplicada *si-st(ə)- derivan múltiples palabras como existir, a través del latín sistere; o hipóstasis, epistemología, próstata o sistema, a través del infinitivo ἱστάναι, del verbo griego ἵστημι, del mismo significado que < *sta-; o de formación muy similar a tristis, *por-st-i, que daría lugar a post en latín, 'el que está detrás', o *upo-st-o, que daría lugar a vassal en latín vulgar, 'alguien que está debajo'.

- Gracias: Daniel Álvarez Bouzó


Otra versión, similar a la de Roberto, indica que luego de cada Cónclave, cuando ya se había elegido el Cardenal que sería investido como Papa, antes de que éste sea nombrado definitivamente, era sometido a una prueba, realizada por otro Cardenal, que había pertenecido también al Cónclave, y que era nombrado para tal. Esta consistía en que éste último debía tocarles los genitales al futuro Papa, con la mano, para asegurarse y testificar luego a los demás, que éste era masculino. Evitando así el fraude de haber sido elegida una mujer, que se haría pasar por hombre.

- Gracias: Jorge Rodaro


Me gustaría señalar una serie de cosas con respecto a todo lo dicho. Lo primero es que testiculus viene en efecto con sufijo -culus de un vocablo latino casi sólo empleado en plural testes (los testículos). No está nada claro que este vocablo responda a la formación latina de testis (testigo, en efecto, "el que está el tercero"), y los lingüistas piensan que el origen remoto de ambas voces es diferente, con lo que palabras como testosterona y testigo en realidad no tendrían nada que ver por su raíz originaria. Pero semejante homofonía dio lugar a interferencias en la mente de las gentes (1) y a explicaciones mantenidas por ciertos lingüistas hasta hoy, como que los testículos se llaman así porque "testimonian la virilidad del varón" porque por etimología popular se llegó desde antiguo a esa explicación. Y hasta incluso se ha intentado a toda costa la explicación a la inversa sin fundamento alguno de que los testículos eran un elemento de juramento testimonial, y de ahí el nombre de los testigos.

Muchos detalles variados de juramentos y sin fórmulas y objetos en el mundo romano (desde que las mujeres juraban preferentemente por Cástor y Pólux, y los hombres por Hércules, si bien no faltaban alusiones a Júpiter, el gran protector de los juramentos y otras fórmulas, que era la mano derecha la asociada al juramento, que no es lo mismo un juramento judicial que otros, y así los tratados se juraban sobre piedras, que el juramento militar se hacía sobre la espada en cierta posición amenazante, que en épocas clásicas incluso las mujeres juraron por sus cabelleras, lo que da pie a un gracioso epigrama de Marcial sobre una que juraba usando pelucas, etc.). Pero yo no conozco testimonio alguno de juramento sobre los testículos (si alguien lo conoce en el mundo romano, por favor que me lo haga saber y aprenderé).

Lo que sí conozco son las formas y citas en que lectores e interpretadores poco avezados del latín han creído ver un papel de los testículos en los juramentos (cosa que se repite por ahí en malas webs del tipo "¿Sabía usted que…?). Miren, hay una cosa clara: las homofonías se prestan a chistes y bromas en todas las lenguas. Recuerdo por ejemplo ahora una obra burlesca del siglo de Oro castellano sobre el mito de Píramo y Tisbe (ese mito que Shakespeare sacó de las Metamorfosis de Ovidio para amplificarlo y desarrollarlo en forma de tragedia en Romeo y Julieta, después de haberlo usado en forma cómica en "El sueño de una noche de verano"). Dice nuestro autor anónimo de este romance de 1603 incluido en la Guirnalda Odorífera, al referirse al encuentro nocturno en el cementerio de los amantes no aceptados por sus familias:

"Llegó a la fuente fontana
do había un moral soberbio,
que daba las moras blancas
qual Tánger, Ceuta o Marruecos
."

Es evidente que el autor hace un juego de palabras chiste con la homofonía de "mora", entre la mora como fruto del moral y "mora" como habitante norteafricana que tiene otro origen (de Maura) y no tiene nada que ver. Un lector mal conocedor de nuestra lengua, atrevido, y que quisiera necesariamente establecer una relación etimológica entre ambas palabras montaría toda una teoría: puesto que el testimonio literario ha relacionado las dos "moras", o las moras del moral se llaman así porque son norteafricanas o las moras norteafricanas se llaman así por decorar sus rostros con un maquillaje de jugo de moras (o vete a saber).

Pues bien, me temo que esto ha pasado con nuestros testículos y nuestros testigos. Porque Plauto, el comediógrafo romano del s. III a.C., amante de los juegos de palabras, el chiste verbal y la sal gruesa, hace algún que otro chiste sobre la homofonía de testis y testes. Voy a contarles uno de los más conocidos. En la comedia Anfitrión este rey vuelve de la guerra tras una larga ausencia. Pero el dios Júpiter o Zeus, anticipándose un día a su llegada ha asumido la forma de Anfitrión y se ha presentado a su esposa, la bella Alcmena, para pasar una larga noche de amor con ella (producto de la cual nacerá Hércules). Cuando al día siguiente llega el verdadero Anfitrión y se queja a su esposa de que no le tributa actos y palabras de bienvenida, ella aduce que ya lo hizo ayer. En todo el enredo Anfitrión acabará sospechando que Alcmena le engaña con otro, mientras Alcmena está convencida de que ya pasó una noche con su marido. Y ante las palabras de Anfitrión, en un determinado momento ella dice: Mihi quoque adsunt testes, qui illud quod ego dicam adsentiant (Amphitruo, 824). Es decir "Tengo yo también testigos/testículos (=hay para mí unos testigos/ testículos), que afirmen lo que yo digo". Hace un juego de palabras refiriéndose a los testículos del marido allí presente, que según ella fueron los únicos testigos de la pasada noche de sexo. Una interpretación del tipo: "Tengo yo también cojones (con perdón) para afirmar lo que digo" es supuestamente lo que ha llevado a deducir a algunos que los testículos se gastaban sistemáticamente en los testimonios, cuando sólo es un juego de palabras referido a las pruebas de una noche de sexo. En efecto testes (los testículos) se confunde en la lengua con testes, el plural de testis (testigo). Dicho sea de paso, el chiste debía provocar aún mayor hilaridad porque todos los actores de comedia eran hombres disfrazados, haciendo incluso papeles femeninos, con lo que el público sabía que bajo las faldas de Alcmena también había un par de testículos.

Si tuviéramos una cita que realmente testimoniara claramente un uso de los testículos como prenda de juramento, podría ponerse en relación con este chiste. Si no es así, tal chiste por sí solo como puede verse no es indicativo de nada.

Y ahora vamos a analizar por qué testigo es de género común y no hay "testiga". La palabra testigo, por derivación regresiva de testiguar, no designa a persona alguna en principio, sino que en la jerga judicial y en sentido técnico significó únicamente "testimonio", el resultado de "testiguar". En la terminología práctica de los juicios desde antiguo se usa un vocabulario designativo no de personas físicas, sino de "funciones jurídicas" que todos pueden observar bien aún cuando un juez dice: "que hable la defensa" (obviamente habla el abogado o abogada que tiene el papel de defensor, pero se refiere a "la parte actuante como defensa"), o bien "proceda la acusación" (tiene entonces que tomar la palabra el fiscal). Del mismo modo cuando un juez decía: "inicien los testigos", quería decir que se procediera a exponer testimonios, que empezaran a actuar las partes testimoniales. Pero los oídos de los legos en asuntos judiciales acabaron entendiendo que testigo era la persona, y de ahí el valor popular que la voz tiene como "persona que testifica". Entre muchas pruebas documentales este hecho puede comprobarse en que la palabra testigo se confunde en otras lenguas con testimonio, y así es en francés témoin y en catalán testimoni, porque de testimonium viene. Sólo que el castellano generó una voz patrimonial propia para testimonio que fue testigo. Y como el testimonio es un abstracto que no atiende a sexos, de ahí que no exista "testiga", al menos de momento.

1. Debido a que ya en un par de ocasiones visitantes comentaristas poco duchos en los usos del español han criticado el uso plural de la palabra gente, parece pertinente dar esta explicación. La palabra latina gente con el tiempo y en las lenguas romances se ha especializado en designar al conjunto humano de un determinado país o espacio considerado (podría ser el mundo), presuponiendo una vaga unidad de origen, ya que gente remite a un origen genético común. Es un nombre colectivo, pero no un plural. Hay quien cree erróneamente que es el plural de persona: no señor, el plural de persona es personas. Y gente admite perfectamente su plural, depende del matiz que queramos expresar. Si decimos "la gente", nos estamos refiriendo al colectivo humano sin distinción. Si en cambio decimos "las gentes" expresamos el matiz de los diversos colectivos humanos heterogéneos de una sociedad, de diferentes orígenes o extracciones sociales, que componen una comunidad humana extensa (sea territorial o lingüística, sea nacional, supranacional o mundial, según se desee). Las gentes y expresiones como las "buenas gentes" son locuciones acuñadas y empleadas en las mejores y más clásicas obras de la literatura castellana o española, que al parecer algunos no conocen ni han leído. Para más información ver la tercera intervención de la entrada gente.

- Gracias: Helena


En relación a "Si tuviéramos una cita que realmente testimoniara claramente un uso de los testículos como prenda de juramento, ...", varios de nuestros visitantes nos ha referido a Génesis 24:1-4:

1 Y ABRAHAM era viejo, y bien entrado en días; y Jehová había bendecido á Abraham en todo.

2 Y dijo Abraham á un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,

3 Y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los Cananeos, entre los cuales yo habito;

4 Sino que irás á mi tierra y á mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.


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