La palabra resma (conjunto de 500 hojas o pliegos de papel) viene del árabe رزمة (rizmah = paquete), de ahí también ream en inglés y rame en francés. Antiguamente en Europa se escribía en papiros y pergaminos. Los chinos inventaron el papel y lo usaban para escribir desde el primer siglo de nuestra era. En el siglo VIII, los árabes trajeron prisioneros chinos a Samarcanda en Uzbekistán quienes fueron forzados a enseñarles como manufacturar el papel. En esos años Bagdad era la capital del conocimiento mundial (ver: algoritmo, álgebra, cifra) y fabricación de telas de seda (ver: baldaquín y sábana). Así que poco tiempo después el papel empezó a ser producido allá. Los árabes llevaron esta tecnología a España en el siglo XII durante los cientos de años (de 711 a 1492) que ocuparon gran parte de España. Las fabricas más importantes se construyeron en Játiva y Toledo. Desde España se expandió su uso y producción a América y el resto de Europa.
Las unidades de papel usadas para libros son:
Hoja - unidad de dos caras.
Página - cada una de las caras de una hoja.
Pliego - hoja doblada por la mitad.
Cuaderno - cuatro pliegos metidos unos dentro de otro.
Cuadernillo - cinco pliegos metidos unos dentro de uno.
Mano - cinco cuadernillos (5x5=25 hojas)
Resma - 20 manos (20x5x5 = 500 hojas).
Bulto - 2 resmas (2x20x5x5 = 1 000 hojas).
Atado- 3 resmas (3x20x5x5 = 1 500 hojas).
Fardo- 5 resmas (5x20x5x5 = 2 500 hojas).
No hay ningún dato de que se fabricara en esas fechas papel en Toledo. El geógrafo árabe al Idrisi es el único que trasmite en 1154 que esa fábrica de Játiva, considerada la primera de toda Europa, existía desde poco antes y que surtía de papel a toda la España musulmana. A algunos les parece lógico suponer que, antes que en Játiva, hubiera elaboración de papel en centros culturales más importantes como Córdoba o Toledo, desde el s. XI al menos. Pero al parecer no hay ninguna prueba y es que no tienen en cuenta cómo era ese papel y para qué servía, que no se empleaba habitualmente en libros ni nada de eso. Sólo servía para envoltorios o era gastado para notas sin importancia, jamás para libros y documentos. Ese papel que fabricaban era muy malo, basto, esponjoso y quebradizo y se rasgaba con gran facilidad, no tenía esa utilidad. Por eso incluso después, ya introducido en Europa el papel, estaba prohibido emplearlo para documentos oficiales y libros. Fue en Europa a partir del s. XIII cuando se mejoraron poco a poco las técnicas de elaboración de papel y se empezó a lograr un papel algo más resistente y más fino a partir del s. XIV, que al final, asociado al desarrollo de la imprenta, fue base importantísima para la difusión y abaratamiento del libro.
- Gracias: Helena
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