Etimología de PIPUNCÚLIDO

PIPUNCÚLIDO

La palabra pipuncúlido viene del latín moderno Pipunculidae Latreille 1802, nombre científico de una familia de insectos dípteros del suborden Cyclorrhapha, cuyo género representativo es Pipunculus Walker 1834.

Se trata de insectos pequeños (mosquitas), que miden entre 3 y 15 mm, y que se observan sobre la vegetación silvestre; las larvas parasitan muchas veces a insectos homópteros. Se han identificado unas 1380 especies. El rasgo más sobresaliente de estos peculiares insectos, es su cabeza de gran tamaño, por lo que a veces se las conoce como mosquitas cabezonas. Pero además, el hemisferio cefálico superior está ocupado prácticamente en su totalidad por unos ojos de gran tamaño. Esta característica parece haber sido la causa de que el zoólogo francés Latreille (1762-1833) bautizara al género como Pipunculus, aunque no se tiene la certidumbre absoluta de ello.

Pipunculus es un diminutivo a la latina con sufijo secundario -unculus y todo parece indicar que se basa en una raíz pip-, relacionada con los verbos pipire y pipare que expresan el piar de los polluelos de las aves y en sentido figurado a veces, gemidos o sonidos que se le puedan parecer. También puede venir del sustantivo griego pipos = πίπος, con la misma raíz que pipio en latín, que designan a los polluelos de las aves, pero no sabemos a ciencia cierta si se refiere a un especial pitido o zumbido del vuelo de estas moscas, o a sus ojos abultados o aspecto facial de estas moscas que puede recordar a un polluelo de ave recién nacido. Aunque personalmente, me inclino más por esta última posibilidad.

Existe tanta duda al respecto, que incluso se puede especular sin mucho sustento, que acaso pipunculus puede ser una variante no documentada de pepunculus (calabacita, o más bien 'sandía pequeña', o incluso nabito), por el aspecto de los 'enormes' ojos de estas moscas que ocupan casi toda el área cefálica superior, argumento no del todo tan descabellado.

Lo cierto es que en la acuñación de los tecnicismos en taxonomía, no siempre es posible llegar a los verdaderos motivos y maneras por los que el o los autores decidieron bautizar de ese modo cierto taxón. Así que sólo nos queda permanecer en el campo de lo hipotético o especulativo.

Fuentes:

Con la valiosa colaboración de:


- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.

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