Etimología de MENINGE

MENINGE

La palabra meninge procede originalmente del griego antiguo μῆνιγξ, -ιγγος (mêninx, -ingos), 'cualquier membrana' (Hipócrates), también 'membrana del ojo', 'el tímpano del oído', pero sobre todo, la 'membrana que encierra al cerebro, en espacial, la piamadre, y en Hesiquio de Alejandría (h. s. V d.C.) llegó a dar ese nombre a la 'capa de suciedad sobre la leche'. Pasó al latín tardío como mēninga, después a mēninx en latín renacentista, asociado a la raíz indoeuropea *mems- con el significado de 'carne', que además de méninx, también dio origen a la voz sánscrita mámsa, y a la gótica, mimz, 'carne'; al vocablo griego méros, 'muslo', de donde proviene merocoxalgia (dolor del muslo y la cadera).

Como un comentario adicional, el nombre propio latino Mēninx, del griego Μῆνιγξ, también llamada en latín Lotophagitis (la isla de los lotófagos o comedores de loto, ya citados por Homero) era también el nombre de una isla de la costa de África, al parecer, frente a Libia, citada por Plinio y otros.

Quizás fue el médico griego Hipócrates (460-370 a.C.) quien primero mencionó a las meninges como membranas que rodean al encéfalo, al escribir sobre daños a la cabeza, quien además escribió sobre los síntomas de lo que ahora conocemos como meningitis, como una complicación de padecimientos óticos (de los oídos). Pero quienes primero describen a las meninges y otras partes del encéfalo, como resultado de disecciones realizadas en la Antigua Grecia, fueron los anatomistas y estudiosos helénicos Herófilo de Calcedonia (335-280 a.C.) y su joven compañero Erasístrato (304-250 a.C.). Por eso, se puede conjeturar que probablemente estos dos personajes fueron los primeros en utilizar el vocablo μῆνιγξ para señalar estas estructuras neurológicas.

Las meninges son tres membranas que rodean y protegen al cerebro y al cordón espinal, que de fuera hacia adentro, reciben los nombres de duramadre, aracnoides y piamadre.

Desde 1370 se atestigua la palabra en francés como miringue (cada una de las membranas que envuelven al cerebro) y en 1478, también en francés, méninge.

Hacia 1589 se documenta en español, y con la evolución y el avance de la medicina otros términos vinculados a éste se han ido acuñando, por ejemplo: en 1797, meningeal, lo relativo a las meninges; meningioma, en 1922, con la misma raíz más el sufijo -oma, 'tumor' (como aparece en melanoma, carcinoma y mieloma), que designa a un tumor benigno encapsulado de crecimiento lento que daña por la presión que ejerce sobre el cerebro y partes adyacentes; meningitis (1924), igual, pero con el sufijo griego -itis, 'inflamación', como en faringitis y laberintitis; y muchos otros: meningocele, meningococo, meningocerebritis, meningoarteritis, meningogénico, meningofibroblastoma, etc.

Como podemos ver, con la misma raíz mēninx, se fueron creando otros términos que se refieren a diferentes patologías o aspectos relacionados con las meninges. Lo mismo sucede en otros casos relativos a órganos diferentes, como por ejemplo, la voz griega kardia, 'corazón', originó cardiología, cardiopatía, cardiomegalia, endocarditis, pericarditis, cardíaco, taquicardia, bradicardia, cardiovascular, cardialgia, cardiotónico y una larga lista.

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.

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