Etimología de MARTAGÓN

MARTAGÓN

La palabra martagón tiene dos entradas en el DLE, martagón1 es el nombre de una planta y martagón2 un adjetivo derivado de 'marta', el mamífero mustélido Martes martes L., que se aplica a una 'persona astuta, reservada y difícil de engañar' por comparación con la marta, animal taimado y prudente, de hábitos nocturnos y difícil de ver.

La planta a que se refiere martagón1 es la liliácea Lilium martagon L., unos lirios o azucenas de flor muy hermosa de tépalos rosados con pintas rojas o purpúreas que se da por toda Europa, pero en España solo en las montañas de la mitad norte. Lo más al sur que llega es, según www.anthos.es, en la Vera de Plasencia, al norte del Tiétar, en la provincia de Cáceres, en torno a las localidades de Jaraíz de la Vera, Collado y Torremenga, a las faldas de la que entonces se llama Sierra de Tormantos, que son las estribaciones occidentales de la Sierra de Gredos.

La etimología de esta palabra no está tan clara como la de su homónimo martagón2. Se ha propuesto un turco martağan que significaría cierto tipo de turbante. Este étimo plantea un cierto paralelismo con la palabra tulipán, que también vendría del nombre del turbante, del turco tülbent que significaría lo mismo y este del neopersa dulband probablemente formado por dulu band 'banda plegada'. Aunque la palabra en turco moderno para 'turbante' es otra, ni tülbent ni martağan, lo que se dice es sarık.

Esta etimología de martağan 'especie de turbante turco' viene dada por el característico recurvamiento hacia atrás de los tépalos [3 pétalos y 3 sépalos iguales en las liliáceas son 6 tépalos] unido a la orientación colgante de la flor.

martağan

Un martagón del Pirineo leridano. Foto de Charo Aranda, julio de 2002. Lamento la falta de nitidez, pero en aquel tiempo no teníamos cámaras digitales, la foto estaba en papel y la he vuelto a fotografiar con el móvil (celular). Pero se puede ver cómo se recurva hacia atrás el martagón, lo que le da la forma (con imaginación y buena voluntad) de un turbante otomano.

Además de esta etimología se ha propuesto también otra que la haría venir de un derivado medieval de Marte (el planeta o el dios romano de la guerra) en el léxico abstruso de los alquimistas.

El DLE no se decide entre estas dos posibilidades y lo trae como «de origen incierto»; Corominas, aun reconociendo lo incierto del origen, se apunta a la probabilidad de la etimología «del turco martagān 'especie de turbante' por comparación de forma» y da como primera documentación en español la mención que hace Laguna de 1555. Corriente (Diccionario de arabismos 382) lo considera también procedente del turco martağan. Ulviyya Orujova, en su tesis de 2018 titulada Préstamos directos e indirectos del turco en el léxico español y función de las lenguas transmisoras, da como cierto lo que el DLE considera incierto e incluye martagón como préstamo directo del turco al español.

Dioscórides había hablado del martagón en el libro 3º, capítulo 122, llamándolo ἡμεροκαλλές hēmerokallés 'bella de día' que, por algunos de los sinónimos añadidos, como κρίνον ἄγριον krínon ágrion 'lirio sinvestre', κρινάνθεμον krinánthemon 'flor de lirio' y πορφυρανθές porphyranthés 'flor purpúrea', aunque en el texto se habla de flor de un amarillo intenso (lo que casa más con la especie Lilium carniolicum Bernh. ex W.D.J.Koch, muy parecida al martagón, con las flores también boca abajo), el sinónimo porphyranthés 'flor purpúrea' hace pensar que Lilium martagon y Lilium carniolicum serían vistos como variedades de la misma especie. Pero Laguna, en su traducción castellana de Dioscórides no reconoce aquí el martagón (se atuvo solo al color amarillo) y en el lugar correspondiente, que en su traducción es el capítulo 131 del libro 3º, transcribe Hemerocalles o lo llama 'Lirio salvaje', sin sinónimos árabe ni latín bárbaro, ni francés, italiano, catalán, portugués o tudesco, como solía, lo que indica que no se debía de sentir muy seguro de la identificación de este Hemerocalles.

Donde sí que habla Laguna del martagón es en su comentario a propósito de la azucena (Diosc. gr. 3.102, κρίνον βασιλικόν krinon basilikón, = Diosc. Lag. 3.110 'Lirio real'):

Martagón - Diosc. gr. 3.102

«Cuentase tambien entre las especies de Lirios, el llamado Mortagon [(sic) pero al margen está impreso Martagon] de los Alchymistas: el qual produze la rayz amarilla, y semejante à la del Lirio blanco: el tallo derecho: las hojas como las de la saponaria: y las flores purpureas, manchadas de ciertos puntillos roxos, y en su figura semejantes à las del Lirio blanco, aun que algo menores».

Por mucho que se acepte la etimología turca del martagón, en distintas lenguas se atribuye su paso a otra europea intermedia. El inglés martagon hay quien lo hace venir del francés como lengua intermediaria, como aquí, y aquí, en francés hay quien lo atribuye al español, también el italiano martagone lo hacen venir del turco a través del español (menuda vuelta al Mediterráneo), pero hay algún sitio italiano que sostiene que la palabra es enteramente de origen español, que martagón en nuestra lengua significaría, según ellos, «riccioli dei capelli», 'rizos de los cabellos' (?), pues será a cambio de que el DRAE en las ediciones de 1884 y 1899 traía la etimología «del ital. martagone».

El principal apoyo a la etimología que lo hace venir de Marte (planeta o dios) se encuentra en el sueco Kjell Lundquist, en su tesis doctoral de 2005 sobre la introducción del Lilium martagon L. en Suecia.

Su argumentación viene a ser que la palabra aparece en textos de alquimistas desde la baja Edad Media y no necesariamente relacionada con el Lilium martagon L., sino atribuída a muchas otras plantas cuya relación con Marte la divinidad o Marte el planeta era evidente para los practicantes de la alquimia. Lundquist registra también los textos que afirman que martağan era un turbante de forma especial que habría introducido el sultán otomano Mehmet (Muhammad) I (1676-1754). Pero encuentra que el nombre Martagan aparecía en los libros de hierbas mucho antes, por lo menos un par de siglos antes de que este sultán alcanzara la edad adulta.

Durante los últimos siglos de la Edad Media y el primero (XVI) de la Edad Moderna, en textos alquímicos se denomina martagon (y variantes como martagan, mortagon, mortegon y martigon) a numerosas plantas que, a juicio de los alquimistas, se encontraban bajo el influjo del planeta Marte y participaban de los poderes del dios Marte, lo que podía ayudarles mucho en sus trabajos de trasmutación de los metales en oro.

Entre ellas enumera Lundquist la lunaria, Botrychium lunaria (L.) Sw., llamada martagon en un texto del s. XIII (1267), o «De Lunaria sive Martagon» (Acerca de la lunaria o martagón) en otro texto atribuído al mallorquín Ramón Llull (Raimundo Lulio 1232 -1315), también otro anónimo del mismo tiempo titulado «De uirtute cuiusdam herbe que vocatur lunaria uel martogon» (Acerca de la virtud de cierta hierba que llaman lunaria o martogon).

Otra de las que encuentra que se han llamado martagon o mortegon antes que el moderno lirio martagón es la Listera ovata (L.) R.Br., llamada en español 'bifolio', o 'hierba de dos hojas', según un texto inglés de 1548: « Martagon is an herbe wyth two leauves onely, one of ech syde. It growth in many places of Englande in watery middowes and in woddes. It is also called in englishe Martagon » (Martagon es una hierba con dos hojas solamente, una para cada lado. Crece en muchos sitios de Inglaterra en praderas encharcadas y en bosques. En inglés también se llama Martagon).

También se llamó Martagon a una valeriana, probablemente Valeriana officinalis. Y a otras que no enumeramos.

El porqué del nombre lo explicará a comienzos del siglo XVII el rosacruz Philip à Gabella en su Consideratio Brevis (Breve consideración, 1615) «Martagon appellant: quasi martigenam» (dicen Martagon como queriendo decir engendrado por Marte).

Esto es porque, en los siglos XVI y XVII, según la teoría de la correspondencia se propugnaba la íntima unión de un cuerpo celeste específico con cada planta o mineral, de cuya virtud característica era el origen y la fuente, así como de sus propiedades activas. Ahora bien, qué plantas estaban bajo la influencia de un determinado planeta o estrella, podía encontrarse explicado o interpretado de maneras completamente diferentes, y aun contrarias, según las obras de los diferentes autores.

La primera evidencia conocida en la que se aplica el nombre martagon también a la planta del lirio montano de flor roja que hoy conocemos como Lilium martagon es, según Lundquist, aproximadamente del año 1415, en un manuscrito veneciano conocido como Codex Bellunensis porque se escribió en Belluno, a unos 80 km al norte de Venecia, que hoy se encuentra en los fondos de la Biblioteca Británica. Y, sigue diciendo Lundquist, uno de los primeros en atribuir el nombre de martagon como nombre científico a los lirios rojos de montaña habría sido Pietro Andrea Mattioli en la traducción italiana del Dioscórides (1544), que se adelantó once años a la castellana de Laguna (1555). Pero nótese como uno y otro atribuyen el nombre a los alquimistas («el llamado Martagon de los Alchymistas »).

Es, pues, en el s. XVI cuando se generaliza aplicarle este fitónimo a la misma especie que ahora llamamos Lilium martagon y en el año 1555, el mismo del Dioscórides de Laguna, el suizo Conrad Gessner (Conradus Gesnerus, 1516 - 1565)] sitúa el lirio martagón entre las «plantas lunares», con numerosos poderes y le da el nombre con la siguiente identificación: «Marthagon (Italis martagon est genero lilij montani floribus purpureis, bulbo radicis luteo)» "marthagon (el martagon de los italianos es una clase de lirios montanos de flores púrpura y el bulbo de las raíces amarillo)", con cuya descripción no deja lugar a dudas de que se trata del moderno Lilium martagon.

Una de las cosas que llaman la atención es que cuando Linneo da el nombre específico a esta especie lo hace con mayúscula, Lilium Martagon, cosa que se hacía entonces cuando lo consideraban nombre propio y que se ha dejado de hacer después (ahora se dice, v.g. Abutilon theophrasti, no Theophrasti). Lundquist repara en ello y lo considera un indicio de que el nombre específico venía de aquellas palabras que forjaban los alquimistas para personalizar con un nombre simbólico los ingredientes de sus amalgamas.

Y la palabra no se la ha pasado el francés al inglés o al español, ni el español ni el italiano a las demás lenguas, es el latín botánico el que la ha generalizado y cada lengua le da su forma según la prosodia habitual, por eso en español lleva tilde, martagón, en francés e inglés no, martagon, en portugués está nasalizada, martagão, y en italiano termina en vocal, martagone.

Después de ver lo que dice Lundquist da la impresión de que toda la historia del martağan turco no es más que una de las famosas etimologías populares, que, como muchas veces resulta evidente, no es solo el "vulgo" el que las forja, sino los sesudos especialistas, que también sufren sus deslices.

El hecho de que el martagón no se de al sur del Tiétar ha de ser el motivo de que la palabra, como fitónimo, se pueda encontrar aplicada a la liliácea Fritillaria lusitanica subsp. lusitanica Wikstr., según ha recogido Francisco Antonio Diaz Curiel en los pinares de Hinojos (Huelva). El martagón y la 'fritilaria', 'meleagria' o 'tablero de damas' tienen los dos las flores boca abajo y, además, el género Lilium está estrechamente emparentado con Fritillaria, con el que podría compartir un antecesor común a partir del que se habría producido esta diversificación hace 6-7 millones de años, según explica J. Güemes en el capítulo «Lilium» de Flora Ibérica.

Fritillaria lusitanica - Foto de Charo Aranda, Pinares de Roche Viejo, Conil de la Frontera (Cádiz), marzo de 2007

Esta es la Fritillaria lusitanica, también con la flor boca abajo, pero con otra hechura que el Lilium martagon. Foto de Charo Aranda, Pinares de Roche Viejo, Conil de la Frontera (Cádiz), marzo de 2007.

- Gracias: Joaqu1n

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