Etimología de ISEGORÍA

ISEGORÍA

La palabra isegoría (sistema donde todos tienen el mismo derecho de voz) viene del griego ισηγορία (isegoría) compuesta con:

En el corto período democrático en la Grecia antigua, antes de las guerras y las dictaduras, isegoría era como se llamaba al derecho de cualquier exponente a ser escuchado, sin perjuicio de su valor retórico o expresivo, pero con la visión de tomarle en cuenta por el solo valor de la idea expresada.

Es decir, se valoraba al expositor por el fondo de su razonamiento, independientemente de la forma en la que lo expresaba.

Éste, derivado de que podían caer en el ostracismo o en el exilio si sus ideas eran contrarias al consenso general.

Una idea realmente utópica, pero que funcionó y dio legitimidad al sistema democrático griego. Valorando la asamblea, el debate y la discusión por sobre la dictadura, la descalificación y la prepotencia.

-Gracias: Visitante 161218 desde Chihuahua, México


Vamos a ver, no confundamos las cosas. La ἰσηγορία en griego era simplemente lo que nosotros llamamos "libertad de expresión" y no otra cosa. Es decir, el derecho que uno tenía por igual con otros de expresar su opinión o parecer en público, en el "ágora". De ningún modo significa eso el derecho a ser escuchado, pues cualquier oyente tiene también el derecho a no escuchar si lo desea. El derecho a ser escuchado se lo gana uno por la calidad de lo que dice o hace, por sus argumentos o cómo convenza y si realmente se ha ganado un público que lo escuche. No es un derecho que alguien tenga de entrada, a no ser en un juicio acusatorio, en que tiene derecho a ser escuchado en sus alegaciones por el juez o un jurado. De ser así los más necios dirigirían naciones y escribirían enciclopedias.

Además importaba muchísimo la forma en que se expresaba un razonamiento, precisamente era lo fundamental. Ningún pueblo más que los griegos, e incluso después los romanos, dio más importancia al arte de hablar y al cómo se expresaban las cosas. El que no sabía hablar correctamente y de un modo elocuente y bello, sencillamente, de entrada, no era escuchado por buenas ideas que tuviera, por eso el aprendizaje del arte de hablar era el más importante en la instrucción y educación griega y romana.

- Gracias: Helena

La explicación dada al concepto de isegoría en la Grecia clásica por Visitante 161218 es más parecida a la realidad que la que da la persona que firma como Helena. Muy lejos de equivaler a la idea generalizada actual que tenemos de libertad de expresión (que por cierto, está cruzada por sesgos ideológicos de nuestros sistemas políticos) para la democracia ateniense la ausencia de censura y la posibilidad teórica de comunicar opiniones eran condiciones necesarias pero no suficientes para que existiera libertad de expresión. Aunque no se puede buscar una idea unívoca desde autores diferentes de distintas épocas porque son conceptos filosófico-políticos, la isegoría en los términos usados en la Atenas democrática sí se puede distinguir claramente y hasta oponer a nuestra libertad de expresión.

En la isegoría, los ciudadanos deben tener la misma posibilidad real de participar públicamente (de ahí la institución del misthon como salario a magistrados populares) y es por ello que va unida a la parresía, la importancia dada al discurso sincero y sin engaños; ello hasta el punto en que en la asamblea quien fuera acusado de abusar de la retórica podía ser expulsado. La isegoría y la parresía una ligazón entre ellas y un lugar en la democracia ateniense muy particulares que las diferencian de nuestro concepto de libertad de expresión, que carece de sus condiciones instrumentales positivas en relación a la participación democrática.

En la democracia ateniense la isegoría está inseparablemente unida a condiciones materiales y constitutivas que garanticen tal derecho mientras que en la libertad de expresión liberal la simple ausencia de censura permite un "mercado libre de ideas" donde éstas compiten y donde "libremente" puede ganar la mejor. La idea liberal de que tienen la misma libertad de expresión Robert Murdoch o Google que cualquier persona común que envía una carta a un períodico o pone un tuit sería absolutamente delirante no sólo para Efialtes, Aspasia o Pericles sino para Milton o Locke. No lo sería para Hobbes, Ayn Rand o el Juez Holmes del Tribunal Supremo de los EEUU, cuyas posiciones son profundamente antidemocráticas.

Nada de ello tiene que ver en la isegoría con un supuesto "derecho a ser escuchado" en el sentido vulgar de que "te hagan casito", sino de que se garantice el poder participar a todos (y todas, incluidos esclavos y mujeres en muchas ocasiones) en condiciones efectivas y con cautelas hacia la posibilidad de que quien tiene más poder o retórica más engañosa se imponga sobre el resto.

- Gracias: Migui


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