Etimología de HEMORRAGIA

HEMORRAGIA

Hemorragia o pérdida de sangre, es un término que habitualmente se utiliza para designar episodios de sangrado que se prolongan por más de algunos minutos, comprometiendo la circulación de sangre a través de órganos o tejidos y poniendo en riesgo la vida. Las formas más peligrosa de hemorragia o de sangrado son las que provienen de las arterias, o suceden internamente como en el tracto digestivo o dentro del cráneo. Existen muchos sitios donde se origina una hemorragia, por ejemplo, el tracto biliar, las trompas de Falopio, el útero, el tracto gastrointestinal alto o bajo, articulaciones, pulmones, tracto urinario, piel, vasos cerebrales, meninges, y, por supuesto, cualquier vaso sanguíneo tras un traumatismo.

El término hemorragia procede del latín haemorrhagia, a su vez préstamo del griego haimorrhagia, de haimorrhages (sangrado violento), formado por la voz griega haima (sangre), más el elemento léxico también griego -rrhagia, rhage que indica un anormal o excesivo flujo o descarga de algún fluido por ruptura; procedente a la vez del vocablo rhēgnynai (estallar, explotar, rasgar, romper, destrozar con violencia hacia adelante). Literalmente entonces, hemorragia (haemorrhagia en latín) puede interpretarse como "flujo violento y excesivo de sangre". Aunque ahora sabemos que existen hemorragias con grados diversos de intensidad, desde leves hasta muy intensas, y algunas internas que solo pueden detectarse por procedimientos diagnósticos modernos, este significado textual de 'pérdida o flujo violento de sangre' se explica porque el vocablo ya era utilizado por los médicos de la antigüedad, como Hipócrates (460-370 a.C.) y Galeno (130-200 d.C.), los cuales seguramente asociaban la palabra hemorragia (haimorrhagia en griego antiguo) con los casos en los que las personas sufrían heridas graves en el campo de batalla o después de alguna riña o un trágico accidente; pero no imaginaban la existencia de tantas enfermedades que cursan con sangrado interno y a veces lento (aunque claro que puede haber sangrado o hemorragia interna masiva y de alto riesgo, por ejemplo, en los casos de úlceras gástricas o de várices del esófago, que en poco tiempo llevan al paciente a un cuadro de choque hipovolémico grave).

La voz griega haima (sangre) forma parte de numerosas palabras de uso corriente, como por ejemplo, hemodiálisis, hematocrito, hematoma, hematopoyesis, hematuria, hematemesis, hemólisis, hemoglobina, hemoglobinuria, hemofilia, etc.

Por su parte, el elemento léxico griego -rrhagia (flujo excesivo), también generó numerosas palabras en el campo de la medicina, entre las que podemos citar: metrorragia, blenorragia, hemorragia, enterorragia, y muchas otra. La hipotética raíz indoeuropea *wrēg- (arrastrar, empujar), quizás esté asociada a -rrhagia, y además al término griego urgere, que nos dio urgente, urgencia y urgir.

Como ya mencionamos antes, hemorragia (haimorrhagia) es un término que data de la época griega antigua, desde donde pasó al latín prácticamente inalterado (haemorrhagia), hacia el siglo I d.C.; para después aparecer en latín y español del medievo como emorogia, en 1493 o quizá emorosagie en el siglo XVII d.C. Pero también en antiguo francés (hemorrhagie) se documenta entre los siglos IX y XVI d.C.

Existe un libro en español editado en 1596 que se llama Cirugia de Guido de Cauliaco con la glosa de Falco, escrito por Guy de Chauliac, donde se utiliza la palabra hemorragia.

Fuentes.

  1. Dicciomed eusal.es. on line.
  2. Taber's Cyclopedic Medical Dictionary. 2001. Ed. 19. USA.
  3. The American Heritage Dictionary. 1979. USA.

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.

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